«Estoy muy contento. España es un país tan importante en las artes, en todo», expresó el centenario arquitecto en una conversación telefónica con Efe. Óscar Niemeyer, de 101 años, fue distinguido con la Orden de las Artes y las Letras por «su trayectoria profesional y su contribución a la difusión internacional de la cultura española».
«Lo agradezco mucho. Me pareció hasta una exageración (la concesión de la Orden) porque hay mucha gente importante que lo merece. Es algo muy bueno», agregó con modestia el artista. La Orden de las Artes y las Letras de España es una distinción de carácter honorífico creada por el Ministerio de Cultura el año pasado, con la que se pretende reconocer la labor de personas o instituciones que, con su trabajo en diversos ámbitos de la creación, contribuyan a la difusión internacional de la cultura española.
Niemeyer, que el próximo 15 de diciembre cumplirá 102 años, sufrió en septiembre pasado varios problemas de salud que lo obligaron a someterse a dos cirugías de las cuales todavía está convaleciente tras recibir el alta el pasado 17 de octubre. Sin embargo, el arquitecto dijo que ya ha regresado a trabajar a su estudio en Río de Janeiro pues «la salud está mejorando».
El creador de los edificios de Brasilia
El aclamado arquitecto, que hace medio siglo diseñó los principales edificios de Brasilia, la capital brasileña, trabaja en los proyectos de construcción de una torre de 60 metros en la ciudad de Niteroi, a 15 kilómetros de Río de Janeiro, y de la biblioteca Árabe-Sudamericana, en Argel (Argelia).
Nacido en Río de Janeiro en 1907 y con más de setenta años de reconocida trayectoria internacional, Niemeyer está considerado uno de los personajes más influyentes en la arquitectura moderna por sus aportaciones pioneras en la exploración de las posibilidades constructivas, plásticas y expresivas del hormigón armado. Su mayor proyecto en Europa está en España, donde diseñó el Museo Internacional de los Premios Príncipe de Asturias, que se inaugurará el año próximo en Avilés.
Niemeyer ha recibido por su obra reconocimientos en todo el mundo, entre ellos el Lenin de la Paz (1963), el Pritzker (1988), el Príncipe de Asturias (1989), el León de Oro de la Bienal de Venecia (1996) y el UNESCO de la Cultura (2001).