La Comisión de Control, compuesta por 13 miembros quedará reducida a 11, ya que la Consejería de Economía de Madrid, que tutela la entidad, suspendió cautelarmente en enero a dos de ellos: Fernando Serrano, quien entonces sustituyó como presidente del órgano a Pablo Abejas, en un acto que el Ejecutivo regional considera ilegítimo, y a Juan Gómez-Castañeda, el secretario que dio validez a ese encuentro.
Desde esa última reunión, a mediados de enero, este órgano quedó dividido en dos bloques, el minoritario que defendía, al igual que la Comunidad de Madrid, que el presidente de la Comisión seguía siendo Abejas, afín a Aguirre; frente a otro mayoritario, que reconocía como nuevo líder a Serrano, próximo al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón.
El pasado viernes, Abejas presentó la dimisión de su supuesto cargo de presidente, y como Serrano sigue suspendido como miembro de la Comisión, se decidió que, tal y como fijan los estatutos, ocuparía la presidencia el vocal de mayor edad, Antonio Cámara, hombre del PP cercano a Aguirre y antiguo secretario personal del ex presidente del Gobierno José María Aznar.
Asimismo, se acordó que el de menor edad, el socialista madrileño Francisco Pérez, asumiría las funciones de secretario en sustitución de Gómez-Castañeda, cuya suspensión cautelar ya ratificó un tribunal.
La nueva configuración de la Comisión de Control, que surge días después de la reunión de Aguirre con el líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, para hablar sobre Caja Madrid, podría ser decisiva en el proceso electoral de la entidad porque quizá ahora ya sean mayoría los defensores de las tesis del Ejecutivo autonómico.
Por ello, aunque el encuentro de hoy no tenga que ver con las elecciones de la caja, iniciadas en otoño, resulta significativo porque posibilita que la Comisión pueda volver a supervisar dicho proceso, que deberá terminar en septiembre de este año con la renovación de la presidencia que ocupa Blesa.