El siglo XXI va a pasar a la historia por el gran avance tecnológico que se está experimentando a lo largo del mismo. Tecnología que ha revolucionado la forma en la que los seres humanos se relacionan y, muy especialmente, la forma en la que se trabaja.
De hecho, uno de los principales retos que hay que afrontar de cara al futuro es cómo gestionar la irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) en el mundo laboral. ¿Sustituirá a los trabajadores menos cualificados, o acabará sustituyendo incluso a los directivos?
Por el momento, la preocupación más inmediata que abordan las empresas es cómo afrontar su transformación digital.
La llegada de la pandemia puso de relieve que muchas pymes y autónomos estaban demasiado atrasados en cuanto al uso de tecnología. De manera que se les hizo difícil seguir trabajando con normalidad cuando los confinamientos fueron masivos. Lo bueno de esto es que despertó conciencias, y ahora la transformación digital se ha convertido en una prioridad incluso en los negocios más pequeños.
Adaptarse a la nueva realidad del mercado
Los primeros 20 años del siglo XXI han estado marcados por crisis económicas, conflictos internacionales y una pandemia. Esto ha hecho que el mercado sea más cambiante que nunca.
En un entorno que es inestable, estar al día en cuanto a transformación digital se vuelve especialmente importante. Porque solo si se cuenta con el respaldo de las nuevas tecnologías será posible dar una respuesta rápida a las circunstancias cambiantes.
A un nivel práctico, esto implica poder sobrevivir en un mercado que es un escenario cada vez más hostil para quienes se van quedando atrás.
En este sentido, un adecuado proceso de digitalización da lugar a una serie de ventajas competitivas:
- Mejor conocimiento del cliente. Herramientas como el Big Data y la Inteligencia Artificial permiten recopilar y analizar grandes cantidades de información sin ningún esfuerzo. Luego, las empresas y profesionales pueden utilizar esos datos para adaptar sus productos y servicios a lo que necesita el público en cada momento.
- Capacidad de responder más rápidamente. Las empresas bien digitalizadas pueden responder de forma más ágil frente a los cambios. Manejan información en tiempo real, y eso les permite identificar rápidamente tanto posibles amenazas como potenciales oportunidades.
- Tener más canales de venta y de servicio al cliente. La tecnología ha revolucionado la forma en la que las empresas y los consumidores interactúan. Los clientes esperan tener a su disposición múltiples canales de venta y de atención, y descartan a aquellas organizaciones que no les brindan esta posibilidad.
Una herramienta que lleva a la eficiencia operativa
La transformación digital le aporta a las empresas una fuente de ventaja competitiva, si estas saben sacarle partido a todos sus beneficios. Pero también resulta de mucha utilidad para lograr una mayor eficiencia operativa y una reducción de costos.
Los procesos de mejora tecnológica en las organizaciones implican un gran coste, pero el retorno de la inversión es lo suficientemente importante como para que merezca la pena hacer el esfuerzo.
Una empresa que ha implementado la última tecnología en sus procesos de trabajo, se vuelve mucho más productiva y eficiente. Esto lo consigue de diferentes maneras:
Automatización de procesos
El uso de software especializado permite automatizar tareas y liberar a los empleados de actividades tediosas. De esta forma, estos pueden orientar su talento hacia actividades estratégicas y creativas que, a la vez, promueven la innovación empresarial.
Además, la automatización no solo aporta un ahorro de tiempo, sino que reduce los errores.
Análisis de datos
La información es poder. Pero para sacarle partido a los datos es necesario poder analizarlos y segmentarlos de manera efectiva, que es algo que las herramientas tecnológicas pueden hacer en tan solo unos minutos.
Con una información mucho más clara y precisa, el proceso de toma de decisiones estratégicas se simplifica y se vuelve mucho más eficiente.
Gestión de la cadena de suministro
Tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT) permiten rastrear en tiempo real donde están las mercancías, lo que da lugar a una gestión mucho más eficiente del stock, e incluso de las rutas de transporte.
Para las empresas, esto implica un ahorro de miles de euros cada año en incidencias que ya no ocurren, como la rotura del stock o la pérdida de mercancía.
La transformación digital y la mejora de la experiencia del cliente
En un entorno que es altamente competitivo, las empresas necesitan ganar nuevos clientes y fidelizarlos. Para ello, una de las claves es ofrecer a estos un servicio que cumpla todas sus expectativas. Esto se puede conseguir de diferentes maneras:
Personalización y segmentación
Las herramientas digitales agilizan las labores de recopilación y análisis de datos. Información que se puede utilizar para comprender mejor las preferencias del público y crear campañas publicitarias más efectivas, e incluso a ajustar los productos y servicios a las tendencias.
Facilidad de acceso y mayor comodidad
La combinación entre plataformas digitales y establecimientos físicos abre un mundo de posibilidades para los clientes, que pueden adquirir productos o servicios de manera presencial o remota.
Así se consigue que el proceso de compra se amolde a las necesidades de cada persona.
Interacción y comunicación
La transformación digital de un negocio no implica que este se aleje de su público. De hecho, una buena gestión de las redes sociales y otros canales digitales puede impulsar la comunicación.
Al estar en contacto más directo con los clientes, se consigue una mayor fidelización de los mismos, a la vez que se obtiene información útil para seguir mejorando tanto los productos y servicios como la atención.
Simplificación de procesos
Una atención al cliente más sencilla es algo que también juega a favor de los consumidores. Gracias a la presencia de herramientas como los chatbots y los asistentes virtuales, pueden resolver rápidamente sus dudas sin necesidad de estar a la espera de ser atendidos por un ser humano.
Un menor tiempo de espera es igual a una mayor satisfacción del cliente, y puede potenciar tanto las ventas como la lealtad hacia la marca.
La transformación digital ha pasado de ser una opción a una auténtica necesidad para empresas y autónomos. Sin ella, adaptarse a las nuevas realidades del mercado es del todo imposible.