Trump abre la puerta a relajar la guerra comercial con China con una rebaja de aranceles
El presidente estadounidense sugiere una rebaja sustancial del 145% al 80% en los aranceles a productos chinos, en vísperas de un nuevo encuentro con Pekín

Un día antes de reunirse con representantes chinos en Suiza, Donald Trump ha sorprendido con un anuncio en su red social Truth Social: propone reducir significativamente los aranceles impuestos a productos chinos, del actual 145% al 80%. “Parece correcto”, escribió el líder republicano, dirigiendo el mensaje directamente al secretario del Tesoro, Scott Bessent.
La publicación llega en un momento decisivo dentro del conflicto comercial entre ambas potencias. La tensión arancelaria se ha intensificado desde abril, en el marco de una guerra económica iniciada por el propio Trump durante su mandato. China, por su parte, mantiene aranceles del 125% sobre los productos estadounidenses.
“China debería abrir su mercado a EE.UU.”
En su comunicado, Trump no solo se refirió a la política arancelaria, sino que también envió un mensaje directo a Pekín sobre la apertura comercial. “China debería abrir su mercado a EE.UU.; ¡sería muy bueno para ellos! ¡Los mercados cerrados ya no funcionan!”, expresó, apelando a una mayor liberalización por parte del gigante asiático.
La relación comercial entre Washington y Pekín ha estado marcada por declaraciones cruzadas. El 25 de abril, Trump aseguró que el presidente chino, Xi Jinping, le había llamado para discutir los aranceles. Sin embargo, esa afirmación fue negada por las autoridades chinas. Desde entonces, la única señal oficial de acercamiento por parte de Pekín ha sido un escueto comunicado, fechado el 2 de mayo, en el que asegura estar “evaluando” la posibilidad de abrir negociaciones con Estados Unidos.
Acuerdo con el Reino Unido y presión europea
La propuesta de Trump respecto a China se produce apenas horas después de que firmara un acuerdo comercial con el Reino Unido. Este tratado representa el primer pacto internacional tras la imposición de sus aranceles globales, y fue celebrado tanto por el propio Trump como por el primer ministro británico, Keir Starmer.
Este movimiento se interpreta como un intento del expresidente estadounidense de retomar la iniciativa en el terreno del comercio internacional, al tiempo que mantiene su discurso duro frente a las potencias rivales.
Bruselas prepara represalias millonarias
El contexto global añade presión adicional. La Comisión Europea publicó el jueves su propuesta para una segunda ronda de represalias comerciales contra Estados Unidos. Si las conversaciones con la administración estadounidense no llegan a buen puerto, la UE plantea aplicar aranceles por valor de 100.000 millones de euros a una amplia gama de productos estadounidenses.
Entre los bienes que podrían verse afectados figuran el bourbon, la soja, maquinaria industrial, instrumentos musicales, juguetes, material deportivo y aviones. Una respuesta que escenifica el creciente malestar europeo ante las políticas proteccionistas de Washington.
Una guerra comercial que no cede
Desde sus inicios, la guerra comercial impulsada por Trump ha tenido a China como su principal adversario. Las medidas arancelarias, lejos de relajarse, se han endurecido a lo largo del último año, situando a ambas potencias en niveles históricos de protección comercial.
La posible rebaja al 80% planteada por Trump marcaría, de concretarse, un giro significativo en su estrategia. No obstante, la ausencia de un marco formal de negociación y los continuos desencuentros entre las partes sugieren que aún queda un largo camino por recorrer para resolver la disputa.