Irán ataca con misiles bases de Estados Unidos en Irak y Catar tras los bombardeos a Teherán

La tensión en Oriente Medio vuelve a dispararse tras el ataque con misiles lanzado por Irán contra bases militares de Estados Unidos en Irak y Catar. La ofensiva, que Teherán ha bautizado como Tidings of Victory, se produce en represalia por los recientes bombardeos de EE.UU. e Israel contra su territorio, que habrían afectado a instalaciones estratégicas como el centro nuclear de Natanz y la prisión de Evin, en Teherán. Según fuentes militares iraquíes y cataríes, los proyectiles impactaron en las inmediaciones de bases con presencia militar estadounidense, entre ellas la base aérea de Al-Udeid, en Catar, una de las más relevantes de la región.
La reacción desde Doha no se ha hecho esperar. El ministro de Asuntos Exteriores catarí, Majed Al Ansari, ha condenado el ataque y ha calificado la acción iraní como “una flagrante violación de la soberanía del Estado de Catar, su espacio aéreo, el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas”. En un comunicado difundido por el Ministerio de Exteriores, Catar ha subrayado que se reserva el derecho a responder directamente de forma proporcional, conforme al derecho internacional.
The State of Qatar strongly condemns the attack that targeted Al-Udeid Air Base by the Iranian Revolutionary Guard. We consider this a flagrant violation of the sovereignty of the State of Qatar, its airspace, international law, and the United Nations Charter. We affirm that…
— د. ماجد محمد الأنصاري Dr. Majed Al Ansari (@majedalansari) June 23, 2025
Al Ansari ha confirmado además que las defensas aéreas cataríes lograron interceptar los misiles iraníes antes de que alcanzaran su objetivo. Según explicó, la base aérea ya había sido evacuada previamente como medida preventiva ante la creciente tensión en la región. No se han producido víctimas ni heridos, y se han tomado todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad del personal militar, incluidos miembros de las Fuerzas Armadas cataríes y de fuerzas aliadas.
Desde Irán, el líder supremo Alí Jamenei ha defendido el ataque como una legítima respuesta a la agresión sufrida en suelo iraní. En un discurso televisado ha advertido de que no tolerarán nuevas violaciones de su soberanía y ha reiterado que, aunque Irán no busca una guerra abierta, responderá “con firmeza” a cualquier nueva ofensiva. Washington, por su parte, mantiene el silencio. No se han producido declaraciones oficiales ni del Pentágono ni de la Casa Blanca.
Catar, que desde hace meses ha abogado por la contención en la región, ha hecho un llamamiento urgente al cese inmediato de todas las acciones militares y al regreso serio a la mesa de diálogo. En su mensaje, Al Ansari ha advertido que la continuación de estas acciones bélicas puede “socavar la seguridad y estabilidad regionales” y llevar a “consecuencias catastróficas para la paz internacional”.
El escenario continúa siendo extremadamente volátil. La posibilidad de una escalada directa entre Irán y Estados Unidos, con implicaciones para aliados regionales, pone a prueba los esfuerzos diplomáticos de las últimas semanas. Mientras, la comunidad internacional observa con creciente preocupación cómo Oriente Medio se asoma, una vez más, al borde del abismo.