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La industria de pinturas alerta del impacto económico del nuevo reglamento europeo de etiquetado

Asefapi advierte de que los cambios normativos supondrán un sobrecoste superior a los 150 millones de euros y propone recuperar la flexibilidad anterior
Según Asefapi las modificaciones introducidas en el formato de etiquetado no tienen en cuenta los elevados costes económicos
Según Asefapi las modificaciones introducidas en el formato de etiquetado no tienen en cuenta los elevados costes económicos. (Foto: André Zivic).

La Asociación Española de Fabricantes de Pinturas y Tintas de Imprimir (Asefapi) ha mostrado su preocupación por las consecuencias del nuevo Reglamento (UE) 2024/2865, aprobado por el Parlamento Europeo y el Consejo el 23 de octubre de 2024.

Según ha manifestado la entidad, las modificaciones introducidas en el formato de etiquetado no tienen en cuenta los elevados costes económicos y medioambientales que implican, lo que, a su juicio, desvirtúa las prioridades estratégicas de la Unión Europea.

En particular, Asefapi señala que la nueva obligación de utilizar un tamaño mínimo de fuente (establecida en el artículo 31(3) y el anexo I del reglamento CLP) dificultará la inclusión de toda la información legalmente exigida en etiquetas de envases pequeños. Hasta ahora, estas especificaciones eran solo recomendaciones de la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA).

“La industria se enfrenta a serias limitaciones de espacio para cumplir con la normativa en etiquetas multilingües”, advierten desde Asefapi. Esta situación será especialmente grave en países con más de una lengua oficial, como Bélgica, donde incluir todos los idiomas con el nuevo formato resulta inviable.

Las etiquetas desplegables, una solución que no resuelve el problema

Una de las soluciones propuestas por las autoridades europeas ha sido el uso de etiquetas desplegables. Sin embargo, desde Asefapi rechazan esta opción por su escasa viabilidad. Además de encarecer la producción, estos elementos son más frágiles y tienden a desgarrarse con el uso, comprometiendo la legibilidad de la información durante toda la vida útil del producto.

La asociación recuerda que el propio Informe de Evaluación de Impacto que acompañó al reglamento no aportó evidencia concluyente sobre la mejora de la legibilidad ni analizó en profundidad los costes derivados. “No se han considerado gastos esenciales como adhesivos, tintas, papel adicional, rediseño de envases, reconfiguración de maquinaria y recursos humanos”, explican desde Asefapi.

El impacto económico estimado supera los 150 millones de euros en toda la Unión Europea, lo que podría traducirse en un incremento del 5 % al 10 % en el precio final de los productos. “Estos costes podrían acabar repercutiendo en el consumidor”, advierten.

Dificultades logísticas, aumento de residuos y pérdida de competitividad

La aplicación acelerada de estas nuevas exigencias también repercutirá en la logística. El incremento del número de unidades de mantenimiento de stock (SKUs), derivado de la necesidad de adaptar envases y etiquetas por país, complica el almacenamiento, el transporte y la gestión de residuos.

Desde Asefapi alertan de que esta fragmentación del etiquetado por lenguas puede contravenir el artículo 28 del Tratado de Funcionamiento de la UE, que garantiza la libre circulación de mercancías. “Obligar a crear etiquetas específicas por mercado lingüístico perjudica especialmente a las lenguas minoritarias y rompe con el principio de mercado interior”, sostienen.

Alternativas propuestas: flexibilidad y digitalización

Para mitigar estos efectos, Asefapi plantea dos medidas. Por un lado, propone suprimir la obligatoriedad del tamaño mínimo de fuente, permitiendo que cada empresa adapte la etiqueta al formato más adecuado según el envase, sin renunciar a la legibilidad. Esta vuelta al sistema anterior aportaría mayor flexibilidad y facilitaría el cumplimiento multilingüe.

Por otro lado, la asociación apuesta por ampliar el uso de información digital mediante códigos QR u otros sistemas. “Los consumidores están plenamente familiarizados con esta tecnología, sobre todo desde la pandemia”, recuerdan desde Asefapi, que cita como ejemplo el desarrollo en curso del Pasaporte Digital de Producto impulsado por la Comisión Europea.

Estas soluciones permitirían, a juicio de la asociación, alcanzar un equilibrio razonable entre la protección del consumidor, la sostenibilidad y la competitividad del sector.