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Reino Unido debe revelar las actas de reuniones previas a la guerra de Iraq

El Gobierno, que recurrió la decisión del Comisario, tiene ahora 28 días para decidir si recurre también el dictamen del tribunal. Alternativamente, también puede vetar la orden en un plazo de 20 días al amparo del artículo 53 de la ley de libertad de información. Un portavoz de Downing Street dijo que el Gobierno "está estudiando su respuesta".

En los meses posteriores a la invasión de Iraq, el 20 de marzo del 2003, hubo una gran controversia en el Reino Unido sobre si la decisión de invadir el país árabe se había tomado unánimemente o si había habido divisiones en el Gabinete. También hubo polémica sobre el asesoramiento legal ofrecido por Peter Goldsmith, quien al parecer lo cambió en el último momento.

El comisario pidió la revelación de las actas para intentar desentrañar, entre otras cosas, el papel en las deliberaciones de Goldsmith, cuyo presunto cambio de opinión filtró la prensa en el 2005.

Clasificadas durante 30 años

Las actas de las reuniones ministeriales no suelen revelarse hasta después de 30 años, por lo que esta decisión, como remarcó el tribunal, "no sienta un precedente".

El tribunal, que llegó a su dictamen por mayoría, pero no por unanimidad, valoró que el interés público en este caso tenía más peso que el derecho a confidencialidad en las políticas públicas.

El Comisario de Información, Richard Thomas, así como la oposición liberal demócrata, aplaudió la decisión del tribunal y señaló que la publicación de las actas "permitirá al público entender mejor la decisión" de invadir Iraq. Sin embargo, la ex ministra laborista Clare Short, que dimitió del Gobierno de Tony Blair por estar en desacuerdo con la guerra, advirtió que "la gente se decepcionará por lo poco que dicen las actas". "Por ejemplo, nunca atribuyen diferentes opiniones a personas diferentes. Siempre son en términos generales", dijo Short, quien añadió que "hubo muy poco debate en el Gabinete".

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