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'El Gallinero', el lado oscuro del Madrid del siglo XXI

Entrar al poblado chabolista más joven de la capital, situado a tan solo doce kilómetros de la céntrica Puerta del Sol, es una dura prueba de resistencia para el olfato, porque el hedor a podredumbre, basura y excrementos largo tiempo acumulados se adueña de la nariz y de la mente de quien llega aquí de nuevas.

El espectáculo no es menos sobrecogedor para la vista cuando, nada más llegar a esa calle municipal, Francisco Álvarez, uno gira a la derecha y se adentra en caminos embarrados sobre montañas de basura donde hombres con zapatillas de marca y móviles de última generación reciben con distancia y miradas desafiantes a un grupo de periodistas que se han acercado a la zona junto a varios concejales socialistas.

A continuación, se abren calles improvisadas en las que se amontonan chabolas de plástico y cartón en las que trajinan mujeres jóvenes de mirada perdida, muchas de ellas embarazadas o con bebés en los brazos.

Entre calle y calle: más montañas de cable robado, jeringuillas, desperdicios podridos y defecaciones sobre las que juegan, rodeados de las ratas del tamaño de un gato bien alimentado, críos sucios de mirada angelical que se mueven entre esta suciedad con vistas a las flamantes viviendas del nuevo barrio madrileño llamado Ensanche de Vallecas.

"Estos doscientos niños no pueden seguir viviendo en estas condiciones infrahumanas en una ciudad que, además, está declarada "Capital de la Infancia por Unicef, ha exclamado el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, David Lucas.

Denuncias al Ayuntamiento y el Defensor del Menor

El pasado 27 de enero, los socialistas pusieron en conocimiento del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y del Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda, el "penoso drama" que se vive en "El Gallinero".

En sendas misivas e iniciativas le pedían el Ayuntamiento de Madrid que "acudiese a retirar la basura, que se eliminasen los centenares de ratas que allí hay, que se pusieran en marcha los recursos sociales para la integración de estas personas y, sobre todo, que se tomaran medidas urgentes para proteger y escolarizar a los que malviven en este infierno".

"Pedimos al Ayuntamiento que instalara cuatro sanitarios en la zona, que habilitase agua potable en el caño del Canal de Isabel II que llega a esta calle, que venga personal sanitario y que alguien actúe desde el punto de vista social y humanitario con estos niños, ha explicado Lucas.

El portavoz socialista se ha preguntado cómo es posible "que esta realidad tremenda se viva en plena ciudad de la excelencia y que al alcalde de Madrid no le preocupe".

Quienes no han tenido nunca una mirada indiferente ante este foco de sordidez profunda han sido los voluntarios de la parroquia madrileña de Santo Domingo de la Calzada, que vienen "haciendo lo que pueden" y alertando de esta realidad escalofriante desde que comenzó a gestarse, hace año y medio, este gallinero de miseria en el que hoy viven quinientos seres humanos de forma permanente.

Ángel, uno de los voluntarios, contaba que "las familias están por la colaboración y que no ofrecen resistencia a que sus hijos vayan al colegio, al contrario, lo facilitan; pero es que no tienen algo tan básico como es dónde asearlos".

Este jueves, además, de los voluntarios de Santo Domingo de la Calzada se movía por la zona una unidad del Samur Social y un par de operarios de limpieza del Ayuntamiento con caras impotentes de "no saber por dónde empezar" en este lugar donde habita el olvido.