El G-20 releva al G-8 como el principal foro económico mundial
La cumbre de este jueves, la tercera tras las reuniones de Washington en noviembre pasado y el de Londres en abril, se inició con una cena de trabajo en la que participaron los mandatarios y los ministros de Economía, y de la que no trascendieron muchos detalles.
La jornada fuerte se producirá el viernes, cuando los 19 países y la Unión Europea pondrán sobre el papel las medidas que han sido capaces de consensuar para atenuar los efectos de la crisis y, sobre todo, poner los parches necesarios para evitar que se geste otra nueva debacle financiera como la que se ha vivido en el último año.
El texto, que han ultimado los colaboradores de los líderes en vísperas de la cumbre, no hace mención a la propuesta europea de sancionar a los bancos que paguen primas excesivas a sus directivos, una práctica que muchos ven como una de las causas de la crisis porque favorece la asunción de riesgos para obtener beneficios a corto plazo.
Esto no quiere decir que no pueda haber finalmente un acuerdo en esta materia, sino que se discutirá al máximo nivel. En todo caso, la propuesta no cuenta con el entusiasmo de Estados Unidos, más partidario de que los bancos aumenten sus reservas de capital para hacer frente a los riesgos.
Bonificaciones
El G20 pedirá un acuerdo para finales de este año sobre nuevas normas mundiales sobre las bonificaciones de los banqueros, así como un aumento de las reservas de las entidades financieras, según el borrador de la declaración final de la cumbre de dicho grupo de países.
El documento, preparado por los ministerios de Economía del grupo en los últimos días, no aboga, sin embargo, por imponer límites estrictos al volumen de las bonificaciones, como había insistido en particular el presidente francés, Nicolas Sarkozy.
Hoy, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, aseguró que su país y Europa "están en el mismo sitio" en lo que respecta a las remuneraciones de los directivos del sector financiero, pues ambas partes defienden la imposición de "estándares muy fuertes".
"Fallas importantes de normativa, además de la toma de riesgos imprudente e irresponsable por parte de los bancos y otras instituciones financieras crearon una fragilidad financiera peligrosa", según el borrador de la declaración final de la cumbre de dos días que comienza este jueves en la ciudad de Pittsburgh.
Como hicieran los ministros de Economía del G-20 en una reunión preparatoria de la cumbre de Pittsburgh, los jefes de Estado también están de acuerdo en la necesidad de que, a corto plazo, hay que "continuar respaldando la actividad económica hasta que la recuperación se afiance claramente".
Eso supone que no se marcará una fecha para la retirada de los planes de estímulo, una posibilidad que, según los expertos, podría causar una debacle en los mercados, que viven una nueva bonanza gracias a la inyección de recursos públicos en las economías domésticas.
Aun así, el G20 cree conveniente que los miembros establezcan, en cooperación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), "un proceso transparente y creíble para retirar el apoyo fiscal y monetario extraordinario, y el respaldo al sistema financiero".
El Grupo solicita en el borrador que se sienten las bases para un crecimiento mundial "más equilibrado".
Referente 'verde'
La cumbre de Pittsburgh, que se celebra en una tradicional ciudad industrial que aspira a reconvertirse en el referente 'verde' del país, arrancó con una recepción del presidente Obama a los asistentes y dos cenas paralelas posteriores donde presidentes y ministros de Finanzas comenzarán a abordar la agenda de la reunión. Las discusiones proseguirán el viernes a partir de las 9.00 horas.
El G20 existe desde finales de los años 1990 cuando se creó en respuesta a la crisis financiera asiática. Tras el estallido a finales del año pasado de la mayor crisis mundial desde la Gran Depresión de 1929, se reunió por primera vez a nivel de jefes de Estado y de Gobierno en Washington, con la presencia de otros países que no eran miembros de la organización, como España y Países Bajos, y que han acudido también a las cumbres posteriores, el dos de abril en Londres y esta semana en Pittsburgh.
Por otra parte, el G-20 ha acordado retirar paulatinamente los subsidios al petróleo y otros combustibles fósiles con la intención, "a medio plazo", de reforzar las energías limpias. El borrador señala que, paralelamente, los países redoblarán sus esfuerzos para alcanzar un acuerdo en materia de cambio climático en la ONU incluso a finales de este año.
Por otra parte, el grupo insta al Banco Mundial a trabajar con las organizaciones de donantes de cara a crear un fondo multilateral que incremente la inversión en agricultura en los países pobres. El G-20 reconoce que en este contexto se hará necesaria una revisión del capital necesario para el Banco Mundial y las distintas entidades de desarrollo regional para la primera mitad de 2010.
Incidentes
El nuevo papel del G20, que pasará a ser el escenario principal donde se discutan lso grnades asusnto económicos, no significa la desaparición del G8.
Los líderes del G8 continuarán sus encuentros pero para abordar principalmente asuntos de seguridad mundial y en el marco de otras reuniones internacionales.
El G20 está formado por los países del G8 -EEUU, Canadá, Reino Unido, Francia, Italia, Alemania, Rusia y Japón- y Argentina, Brasil, México, Australia, Indonesia, Arabia Saudí, China, India, Sudáfrica, Corea del Sur, Turquía y la Unión Europea.
Los trabajos de las veinte economías más importantes del mundo comenzarán a las 9.15 hora local (13.15 GMT) con una sesión de trabajo, tras la cual los líderes procederán a tomarse la foto de familia y a un almuerzo.
Tras una segunda sesión plenaria, de una duración calculada de dos horas y media, Obama ofrecerá una rueda de prensa para informar de las conclusiones de la cumbre, lo que cerrará la reunión.ECO
Horas antes del inicio de la cumbre, se produjeron los primeros enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad del G20.
Unos 500 activistas, según la prensa local, iniciaron una marcha antiglobalización en el barrio de Lawrenceville, uno de los mayores de esta ciudad de Pensilvania, pero solo pudieron recorrer unas calles antes de la que la policía les ordenara dispersarse.
Algunos de los jóvenes que encabezaban la protesta, y que tenían el rostro cubierto con pasamontañas oscuros, desafiaron las órdenes de las fuerzas de seguridad que, eventualmente, disparó botes de gases contra ellos.