La OPEP acuerda aumentar la producción de petróleo a partir de junio

El pasado 3 de mayo, la OPEP+ (la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus socios) anunció un incremento en la producción diaria de barriles de crudo a partir del mes de junio.
La medida busca dar respuesta a un escenario geopolítico y económico que ha ganado en complejidad en los últimos meses. Supone, además, un importante cambio en la estrategia seguida por este organismo, que en los últimos años ha estado llevando a cabo recortes coordinados entre sus países miembros.
Más de 400.000 barriles al día
El incremento anunciado por la OPEP+ es de 411.000 barriles por día (bpd) a partir del mes de junio. Medida que forma parte de un plan escalonado que prevé un incremento total de 960.000 bpd entre abril y junio. Esta cifra supone la recuperación del 44 % de lo que se había dejado de producir desde 2022.
Durante más de dos años la OPEP+ ha estado llevando a cabo recortes voluntarios en la producción diaria de barriles de petróleo en respuesta a la caída de la demanda que estaba experimentando el mercado. El objetivo era sostener de forma artificial los precios del barril en torno a los 80 dólares, a pesar de que la demanda estaba en constante bajada.
Son varias las circunstancias que han llevado a la Organización de Países Exportadores de Petróleo a cambiar su estrategia. La primera de ellas es el protagonismo que están ganando en el mercado internacional otros países productores y no miembros de la OPEP, como Estados Unidos, Brasil y Guayana.
Otro fenómeno que ha influido en esta decisión es que el consumo mundial de petróleo se ha mantenido estable en los últimos meses, aunque no se aprecian indicios de un crecimiento sólido.
Los expertos creen que la OPEP+ podría eliminar completamente los recortes antes de que acabe el año.
Tensiones internas dentro de la OPEP
Lo que ocurre dentro de la propia OPEP también ha influido directamente en la decisión de aumentar la producción de barriles de crudo.
Existen importantes tensiones internas con países como Irak y Nigeria, que han incumplido de forma sistemática las cuotas de producción acordadas.
Además, los precios bajos de los últimos meses están generando algunas tensiones fiscales en países cuya economía depende casi en exclusiva del petróleo. En este caso ha pesado más la necesidad de individual de obtener ingresos que el objetivo conjunto de mantener los precios altos a través del control de la producción.
La OPEP+ ha perdido peso a nivel internacional tanto por las tensiones internas entre sus socios como por lo que está ocurriendo a nivel global. Para los analistas, esta nueva estrategia responde a un interés en volver a ser un actor indispensable dentro del mercado energético.
Impacto en los precios del petróleo
La respuesta del mercado ante el anuncio de la OPEP+ fue inmediata, en estos días los precios del crudo han registrado una caída en torno al 10 %. El Brent descendió hasta los 59,80 dólares por barril y el WTI cayó a 55,30 dólares, su nivel más bajo desde diciembre de 2021.
Este descenso refleja un exceso de oferta anticipada y la percepción de que existe cierta debilidad estructural en la demanda. Para los inversionistas, el equilibrio entre la oferta y la demanda a nivel global está lejos de alcanzarse, y eso hace caer los precios.
En el caso de los países importadores de petróleo, el incremento de la producción y la bajada de los precios han sido recibidos de buen grado, porque supone un alivio para sus balanzas comerciales y reduce la presión inflacionaria. En cambio, para los países productores la caída del precio significa una reducción de sus ingresos y posibles recortes en inversión en el sector.
A nivel empresarial, grandes petroleras como ExxonMobil, Aramco y TotalEnergies han revisado a la baja sus previsiones de beneficios para el segundo semestre del año.
De cara al futuro, la evolución de la demanda va a ser la clave para el ajuste de estrategia por parte de la OPEP+ y para la subida o bajada de los precios. Si grandes economías como Estados Unidos y China no muestran signos claros de aceleración e incrementan su demanda de crudo, los precios del barril podrían llegar a bajar incluso por debajo de los 50 dólares.