viernes, mayo 3, 2024
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Caperucita, la abuela y el oso feroz

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Lo de Ucrania y Crimea ha estimulado la imaginación de muchos. Entre las diversas opiniones se pueden entresacar dos que se refieren a un viejo debate revitalizado por el camarada Putin: ¿Resucita ahora la OTAN? ¿Es más importante la UE que la OTAN? La verdad es que son complementarias y, asimismo, que suele ser corriente acordarse de Santa Bárbara solo cuando truena y que la Santa Bárbara de la UE apenas tiene pólvora.

Todo ello puede recordar el cuento de Caperucita Roja y en el que el papel de esta última lo jugarían los EEUU/OTAN, el de la Abuela la UE y Rusia el del Lobo Feroz. Se suelen dar dos finales al cuento de Caperucita. En ambos el Lobo Feroz huye al llegar Caperucita, pero en uno tras haberse comido antes a la Abuela. En ambas versiones el papel de la Abuela no es muy brillante al haber confundido al Lobo con Caperucita, a pesar de sus orejas y de sus colmillos.

Caperucita y la Abuela son de la misma familia solo que la Abuela quiere vivir y arreglárselas sola cuando no puede. OTAN y UE son también de la misma familia y, como en toda familia, se entreayudan y complementan sin perjuicio de disputarse un poco de vez en cuando, como en cualquier familia, incluso bien avenida. Pero la UE sería más inteligente si al tratar con Rusia no se acercara, como ha hecho, irresponsablemente al Oso Feroz de Moscú, poniéndose al alcance de sus garras. Porque en este caso la Abuela ha jugado alegremente con el fuego, sin perjuicio de que Ucrania tiene derecho a acercarse al calor de la chimenea de la UE.

El debate acerca de quién es más importante, si la UE o la OTAN, es un debate estéril y absurdo que a lo más sólo puede halagar la vanidad de otanistas y europeístas radicales según lo que cada uno, juez y parte, concluya partidariamente. La complementariedad de ambas organizaciones es evidente y útil, así como necesaria mientras la UE merezca, con razón, en materia de asuntos de defensa los reproches escenificados recientemente por Obama en Bruselas. El Oso Feroz se ríe groseramente cuando ve y oye estas cosas, como también sueña, con que los EEUU se desentiendan de Europa. Bueno, ya se sabe: «Los sueños, sueños son», como sabiamente Calderón de la Barca pone en boca de Segismundo.

¿Cómo pueden ciertos europeistas pretender suplantar a, o prescindir de, los EEUU para la seguridad y defensa de Europa si hoy en día en la OTAN los EEUU contribuyen un 75% del esfuerzo militar?

¿Pero, cómo pueden ciertos europeistas pretender suplantar a, o prescindir de, los EEUU para la seguridad y defensa de Europa si hoy en día en la OTAN los EEUU contribuyen un 75% del esfuerzo militar cuando los europeos contribuían más cuando la Guerra Fría, un 50%, época en la que, además, apenas un poco más de la mitad de los actuales europeos, 16 sobre 28, eran miembros de la Alianza Atlántica? No hay que confundir sueños con realidades. Quizás sea una fácil confusión en España. No la tienen en Polonia, o los bálticos, y otros que padecieron antes y hasta hace poco el aún presente imperialismo ruso. Y sería ingenuo pensar que España pueda desentenderse de ello en una Europa aún más interactiva que el resto del mundo ya globalizado.

Ni siquiera en la antigua Yugoeslavia quisieron los europeos prescindir de los EEUU. En Libia tampoco. Y si se acercan a la jaula del Oso ruso, aunque sea a distancia de Ucrania, sería prudente tener una filosofía común a ambos lados del Mare Nostrum del Atlántico Norte, y en esto el gorrito de asno lo merecen en las dos orillas. La Embajadora norteamericana Victoria Nulan lo expreso gráficamente cuando se filtró su frase de «¡Que les den a los europeos! ……..», pero estos últimos también son responsables de una política «propia» que desembocó en los follones cuasi fascistas del Maidán de Kiev, en la fuga del Presidente ucraniano pro ruso, en la toma dudosa del poder por un nuevo gobierno ucraniano, en el no respeto a un pacto previo alcanzado con ministros de Exteriores de la UE y, finalmente, en la anexión de Crimea por Rusia. Si los de PISA se dieran una vuelta por estos lares: requetesuspenso.

Cuando no hay guerras o tensiones las Fuerzas Armadas y la OTAN se antojan superfluas. Pero no lo son. Nunca se sabe lo que el futuro deparará. La defensa de la UE sigue siendo la OTAN y la UE está en la OTAN, al menos la mayoría de sus miembros. La necesaria colaboración y coordinación entre las dos Organizaciones aconsejaría incluso que todos los miembros de la UE estuvieran en la OTAN. Ello haría la voz europea más unida y fuerte en el marco general trasatlántico y más específicamente en materia de seguridad y desarme.

Entretanto dejemos que escolásticos modernos se pierdan en debates sobre el sexo de los ángeles o el de si la UE es más importante, o no, que la OTAN.

Carlos Miranda

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