Por segunda noche consecutiva, las fuerzas militares rusas han lanzado un duro ataque aéreo contra la urbe ucraniana de Odesa, un asalto que ha sido calificado como «masivo» por muchos habitantes de la zona.
El representante popular de la circunscripción, Oleksiy Goncharenko, ha descrito la situación de la ciudad durante la noche como «infernal» debido a la abundancia de misiles y drones.
La Fuerza Aérea ucraniana ha comunicado que Rusia disparó 14 misiles de crucero Kh-22 y Onyx durante la noche, con la intención de afectar puntos «militares» y «críticos» dentro de Odesa. Aún no se conocen las implicaciones completas de este ataque.
La evaluación de los daños, proporcionada por la Administración Militar de la región de Odesa, indica que los misiles rusos impactaron una terminal que se dedica a la exportación de granos y otra infraestructura portuaria responsable de la exportación de combustible. Algunos tanques de combustible y equipos de carga resultaron dañados como resultado del ataque.
Anteriormente, en la madrugada del martes, Odesa había sido objeto de un ataque con seis misiles de crucero Kalibr y varios drones kamikaze Shahed. Estos fueron interceptados por las defensas aéreas ucranianas, aunque sus restos causaron daños al caer. Estos sucesos ocurren luego de que el Kremlin anunciara que no renovará el denominado acuerdo del grano, firmado con Turquía y la ONU.
El reciente ataque provocó un incendio en la zona portuaria y numerosos edificios sufrieron daños por los restos de un misil interceptado en otra área de Odesa. Tres civiles resultaron heridos.
Además, dos almacenes de la industria tabacalera y de fuegos artificiales en la región de Odesa fueron alcanzados por proyectiles. Un empleado civil resultó herido y los bomberos han tenido que movilizarse para sofocar un incendio que ya abarca más de 3.000 metros cuadrados.
Los ataques de este miércoles también utilizaron drones kamikaze Shahed. Los restos de algunos de estos aparatos cayeron sobre hoteles e instalaciones turísticas en una región costera de Odesa, hiriendo a dos civiles.
Rusia ha justificado estos ataques a Odesa como «represalia» por un bombardeo contra el puente de Crimea. Según informó el Ministerio de Defensa ruso, estas instalaciones portuarias estaban siendo utilizadas para preparar «actos terroristas» y fabricar drones acuáticos contra Rusia.