En una oleada de movilizaciones que ha sacudido diversas localidades españolas, las sedes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se han convertido en el epicentro de las protestas lideradas por jóvenes afines a partidos de derechas, como Vox. Estos eventos se han convocado a través de plataformas de redes sociales bajo la consigna de «Revuelta», una campaña que busca establecer una resistencia continua contra el PSOE, a raíz de su postura y acuerdos en relación con una controvertida ley de amnistía.
Los manifestantes, que en Madrid congregaron a aproximadamente 3.800 personas según la Delegación del Gobierno, han expresado su descontento por los acuerdos negociados entre el PSOE y partidos independentistas catalanes como ERC y Junts. El foco de la discordia es una ley de amnistía que se percibe como una concesión a los partidos independentistas y que podría beneficiar a los procesados durante el ‘procés’ catalán.
La tensión alcanzó su punto álgido alrededor de las 21:30 horas, cuando la situación en la calle Ferraz se intensificó, obligando a la Unidad de Intervención Policial (UIP) a intervenir. Los métodos para dispersar a la multitud incluyeron el uso de gases lacrimógenos y pelotas de goma, lo que culminó en un enfrentamiento que se extendió a calles adyacentes.
Entre los manifestantes se encontraban figuras destacadas de Vox, incluyendo a su líder Santiago Abascal, que se ha manifestado abiertamente en apoyo a las protestas y ha reafirmado su compromiso con asistir a todas las movilizaciones posibles. Esta presencia de altos cargos de Vox ha marcado un respaldo significativo a las protestas, que han sido replicadas en otras ciudades como Valencia y Barcelona.
Las consignas de los manifestantes han sido claras y directas, con llamamientos a la «unidad nacional» y cánticos exigiendo prisión para figuras políticas como Pedro Sánchez o Carles Puigdemont. Estas manifestaciones han sido objeto de crítica por parte de líderes del PSOE, como el presidente del Gobierno asturiano, Adrián Barbón, quien ha señalizado estas concentraciones como parte de una estrategia que busca «crispar» la situación política y ha expresado su preocupación por los «discursos preguerracivilistas» que se están generando en el entorno de estas protestas.
Además, la respuesta policial ha resultado en la detención de tres personas por desobediencia y atentado contra la autoridad. Con un escenario marcado por la polarización política y la agitación social, las implicaciones de estas protestas y el futuro de la propuesta de ley de amnistía siguen siendo inciertos en el panorama político español.