sábado, mayo 4, 2024
- Publicidad -

La universidad al servicio de la empresa

No te pierdas...

  • El Ministerio de Educación busca que los centros se gestionen como empresas privadas en las que se premie la rentabilidad económica
  • La investigación pasa a estar dirigida a lo que las compañías consideren rentable en lugar de a lo que necesite la sociedad

Las recientes elecciones a rector de la Universidad Complutense de Madrid pueden haber sido las últimas que la institución celebre en su historia. De llevarse a cabo los planes previstos por el Ministerio de Educación en su informe Estrategia Universidad 2015, parte del Plan Bolonia, los centros pasarán a ser gobernados por rectores externos al ámbito universitario, elegidos entre los directivos de las principales empresas del país. Sería la punta de lanza de un proceso de creación de una enseñanza universitaria al servicio de las firmas que luego contratarán a los futuros graduados. Es decir, la metamorfosis de las universidades, ahora centros donde lo que prima es el conocimiento y la investigación para hacer avanzar la sociedad, en lugares de adiestramiento de soldados a las órdenes de las compañías punteras.

Estrategia Universidad 2015 es la segunda fase de implantación del llamado Plan Bolonia que homologará la enseñanza superior a nivel europeo. En un informe elaborado en 2009 por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), titulado El debate sobre las competencias, se deja claro en qué consiste dicha estrategia y cuáles son los objetivos: “¿Responden las instituciones educacionales a las expectativas de los empleadores de contar con personal dotado de una específica moral del trabajo –disciplina, responsabilidad, compromiso, productividad, disposición a cambiar y sin embargo mantener la lealtad con la empresa? ¿Están preparados los docentes universitarios, habitualmente académicos de jornada completa con escasa experiencia laboral fuera de la universidad, para transmitir esos principios moral-formativos, además de proporcionar las nuevas competencias que las empresas esperan de sus trabajadores, técnicos, profesionales y cuadros gerenciales?”

El método para llegar a este ideal de universitarios formados en las necesidades de las empresas en lugar de las de la sociedad consta de varias vías de actuación: “Las instituciones deben competir y diversificar sus fuentes de ingresos; surgen nuevos proveedores (instituciones privadas, universidades corporativas, a distancia, vía Internet); los estudiantes pagan aranceles y pasan a ser clientes; los profesores son contratados y dejan de ser funcionarios”. En este sentido, según este documento, los principios que regirán la universidad del futuro pasan a ser los mismos que los de una empresa privada: “Se enfatiza la eficiencia y el value for money; los modelos de negocio sustituyen en la práctica a los planes estratégicos; la gestión se racionaliza y adopta un estilo empresarial”.

Para lograr estos objetivos, una de las estrategias previstas en el informe Estrategia Universidad 2015. Gobernanza, encargado por el Ministerio de Educación a la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas y a la Fundación CyD (que preside Ana Patricia Botín), es que el rector pase a ser un gestor elegido por una Junta de Gobierno, compuesta a su vez por directivos de empresas. Este rector es  quien designa a los decanos de facultades y, estos, a los directores de departamento. Lo que en la práctica supone que todos los puestos de poder en un centro serían nombrados por personas ajenas al ámbito educativo.

El Ministerio de Educación parece ser consciente del rechazo que estas medidas pueden generar en el ámbito académico, así que también tiene previsto un plan imagen para aplicar a la Estrategia 2015. El informe sobre Gobernanza es claro al respecto: “En cuanto al problema de la ausencia de legitimación, éste podría ser minimizado, al menos, permitiendo a la comunidad universitaria, a través de sus órganos colegiados de representación, la presentación de ternas de candidatos a la Junta de Gobierno, de forma que, a pesar de que la responsabilidad última de la designación recayese en este órgano, tanto la propia condición académica de los mismos como el hecho de su proposición en base a un cierto consenso previo hiciesen que la comunidad académica los percibiese como propios y no impuestos”. Es decir, que se plantea sin disimulo el engaño a la “comunidad académica”.

La investigación en la Universidad también pasaría a regirse por cuestiones exclusivamente económicas. Así, ya en el informe de 2009 de ANECA se esboza el nuevo rumbo que ha de tomar: “Los investigadores son estimulados a patentar y los docentes a vender docencia empaquetada a las empresas; los incentivos vinculados a la productividad académica reemplazan las escalas salariales asociadas al cargo; los currículos son revisados y sancionados en función de su pertinencia laboral y evaluados por agencias externas en relación a su calidad”.

Agencias externas que recuerdan a las mismas que asesoran sobre la conveniencia de invertir o no en distintos productos financieros y que, como se muestra en el documental The Inside Job, estaban al servicio de los mismos productos que ellos avalaban. Curiosamente, los asesores de estas agencias de rating estaban ligados al mundo universitario. A un mundo universitario como el que ahora pretende implantarse en España, inspirado en el sistema estadounidense; es decir, centros de prestigio para la élite y universidades menores para la clase media.

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -