sábado, mayo 4, 2024
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La justicia no es igual para todos: La impunidad de la gran banca mundial

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La gran banca mundial ha escapado a todo control. Ni los estados ni los organismos reguladores son capaces de controlar en toda su dimensión los denominados ‘Too big to fail’ (demasiado grande para caer), es decir, aquellos que no se pueden rescatar. Ese descontrol ha provocado que puedan operar con total impunidad. Un ejemplo de la dimensión de las firmas es el Deutsche Bank que tiene una exposición actual al mercado de derivados que suma 54,7 billones de euros. Lo que significa 54 veces toda la riqueza que produce España en un año, cinco veces más que el PIB de la Unión Europea o prácticamente la totalidad de la suma del PIB de todos los países del mundo.

Las gigantescas entidades parece que reproducen a la perfección el famoso artículo 34 de la Ley Marcial: ‘Hago lo que quiero, cuando quiero, como quiero y cuando me da la gana’ que recitaba el genial Andrés Montes cada vez que otro gigante, Shaquille O’Neal, hacía de las suyas en una cancha de baloncesto. La realidad es que las grandes firmas bancarias parece que tienen total impunidad para manipular, engañar, ocultar o realizar diversas actividades ilegales previo pago de la ‘patente de corso’ en forma de pequeñas multas.

Recientemente seis de ellos han sido multados por valor de 6.357 millones de dólares por manipular el mercado de divisas. Entre los sancionados están Citigroup, JP Morgan, Bank of America, RBS, Barclays y UBS. Éste último no le importó haberse comprometido con el Departamento de Justicia de los Estados Unidos de que no volvería a cometer delitos, tras su implicación en una de las mayores estafas financieras de la historia. Entre algunas de las estrategias seguidas por la firmas estaba la de hacer saltar los stocks a un cliente para comprar ellos más barato o la puesta en marcha de actividades que eliminaban o evitaban la entrada de competidores en el mercado.

Otro banco muy conocido en España por casos de ayuda de evasión de impuestos es el HSBC. Se trata del segundo mayor banco del mundo por volumen de activos, que prosperó al calor de las ganancias que generaba el comercio de opio en China. También involucrado en la mayor estafa de la historia del mercado financiero en los últimos seis años, ha sido acusado de:

Manipular casi todos los mercados (Libor, Euribor, tipos de cambio, oro, plata).
Engañar a los clientes no sofisticados en la venta de swaps (futuros).
Lavar dinero negro.
Ayudar a países como Irán o Corea del Norte.
Trabajar con bancos de Arabia Saudí ligados a la financiación de grupos terroristas.

Las acusaciones judiciales son firmes y aún así no ha habido ni una sola detención. El HSBC en diciembre de 2013 fue acusado oficialmente de facilitar transferencias de dinero al grupo terrorista de Hezbollah. La situación se salva sin detenidos, se paga una pequeña multa y se intenta tapar en los medios. Son solo pequeñas muestras de que el sistema bancario ha escapado a todo tipo de control.

La mayor estafa de la historia

La investigación llevada a cabo por el FBI puso en la cuerda floja hasta 16 grandes entidades por la manipulación de Libor (London Interbank Offered Rate), entre ellos: Barclays, Bank of America, JP Morgan, Citigroup, Morgan Stanley, Deutsche Bank, Societe Generale, Credit Suisse, Lloyd, Rabobank, UBS, HSBC y RBS.

El Libor es uno de los índices más importantes en los mercados financieros, ya que, es la tasa más empleada por bancos internacionales y su índice se calcula para tasas de corto y largo plazo en más de diez monedas con al menos 15 husos horarios distintos.

Gracias a la artimaña, las entidades conseguían que sus balances se vieran mejor, mientras que consumidores se veían obligados a pagar los déficits reales.

La investigación la llevó a cabo el FBI junto con la Comisión de Competencia (Comco) de Suiza y se llegó a la conclusión de dos hechos aún más escandalosos. En primer lugar que no solo se había manipulado el Libor sino también eran responsables de manipular otros índices como el Euribor (que mide el promedio al que las entidades se prestan dinero en el mercado interbancario del euro) al que están referenciado casi la totalidad de hipotecas en España. También se había manipulado el Tibor (Tokio Interbank Offered Rate). En segundo lugar, el FMI apuntó a que las actividades de manipulación podrían haberse llevado a cabo durante los últimos diez años.

La investigación proliferó gracias a que USB y Barclays revelaron la trama y ayudaron en la investigación librándose de una multa que podría superar los 4.300 millones. Mientras, HSBC y Credit Agricole consiguieron evitar la multa aunque siguen siendo investigados. Otros como Deutsche, Citi, Societé Generale o JP Morgan fueron multados por valor de 1.752 millones. Cifra ridícula si se contempla que cada punto en el indicador (en el caso del Libor) que se manipulaba se podían obtener 10.000 millones de beneficios por cada billón negociado y en el mercado referenciado al Libor se negocian cerca de 550 billones.

El temor a un nuevo Lehman

La nueva presidenta del consejo supervisor del mecanismo único de supervisión del BCE, Daniel Nouy, advertía en marzo de 2014 de que se contemplaba la posibilidad de dejar caer a los bancos en dificultades. Otro que se sumó a este movimiento fue el ministro de finanzas alemán Wolfang Schäuble. Incluso el ex gobernador de la Reserva Federal de los Estados Unidos Ben Bernanke opinaba que los ‘too big to fail’ “fueron causantes importantes de la crisis, y no habremos respondido con éxito a la crisis sino abordamos este problema con éxito”.

Pero el temor a un nuevo impacto al sistema ha detenido los movimientos. La quiebra y posterior hundimiento del banco de inversión Lehman Brothers en septiembre de 2008 dejó tambaleando el sistema financiero mundial. En aquel momento los reguladores y políticos de todo el mundo pensaron que no podía dejar que los grandes bancos quebrarán porque podrían arrasar el propio sistema.

Los ‘too big to fail’ se han convertido en un problema para la economía mundial que no se ha sabido atajar por parte de las autoridades. José Viñals señala que estos bancos en la actualidad poseían tres ventajas muy importantes ayudados por los estados: La primera, son los costes financieros artificialmente bajos. En segundo lugar, que al estar amparados por el Estado, sin miedo a una quiebra, les permite una toma de riesgos excesivos. Por último, los mismos estados que responden por ellos. A las ventajas de Viñals podría añadírsele una cuarta que es la impunidad que actúan.

Los bancos han blanqueado dinero procedente del narcotráfico, han violado las sanciones financieras contra Irán, Libia, Birmania o Cuba o han sido corresponsables del colapso del sistema financiero en el 2008. En más de siete años ni un solo director de banca ha sido detenido o ha entrado en prisión, simplemente han pagado la ‘patente de corso’ y han proseguido con sus tropelías. Incluso la administración Obama ha decidido en varias ocasiones (como con el HSBC) de evitar juicios gracias a la maniobra legal denominada “acuerdo de enjuiciamiento diferido”. Mientras la gran banca siga teniendo el cartel de ‘sistémica’ seguirá siendo intocable como hasta ahora y los abusos sobre consumidores se mantendrán gracias a la ayuda de políticos y reguladores.

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