sábado, mayo 4, 2024
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El Barça supera la era Guardiola

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El Barcelona aplastó a la Roma en un partido para enmarcar, en el que todos los adjetivos positivos se quedan cortos. El equipo de Rudi García consiguió un gol en el último minuto, pero pareció un juguete en manos del equipo más en forma del momento. Messi se unió a Neymar y Luis Suárez y el resultado fue un fútbol sublime en el que todos buscaban a sus compañeros, conscientes de que su cuota de protagonismo está garantizada.

La Roma ofreció, como también lo hizo el Real Madrid, muchas facilidades, pero en estos momentos habría que darle un premio al entrenador que descubra un plan para contrarrestar tantísimo talento. El equipo culé bordó el juego desde el principio hasta el final con ganas de marcar todos los goles posibles y con una verticalidad que nunca encontró el grupo al que entrenó Pep Guardiola.

Muchos aficionados neutrales se cansaron de que aquel Barça ganase siempre y se aburrieron por el eterno toque que algunas veces solo llevaba a dormir los partidos. En cambio, este Barça, cuando está a su máximo nivel, garantiza la diversión siempre porque Neymar, Messi y Luis Suárez tienen la portería permanentemente en la cabeza y porque los centrocampistas están a su servicio.

Luis Enrique dejó a Iniesta y a Bravo en el banquillo, pero el plan de juego del Barça no varió en absoluto con respecto al último 'Clásico'. Los culés mandaron desde el primer minuto de partido y la Roma se vio abrumada nada más empezar el encuentro. Los italianos intentaron jugar con las líneas muy juntas, con mucha disciplina posicional y pocas licencias para el ataque, pero la calidad de los jugadores azulgranas les desmontó la estrategia desde el principio.

De hecho, el árbitro impidió que los catalanes se adelantaran en el marcador en su primera jugada de peligro. Busquets metió un pase espectacular a Neymar entre líneas, el '11' le regaló el gol a Messi, pero el juez de línea levantó el banderín, pese a que el brasileño partía de posición correcta. Además, en la siguiente jugada a balón parado, la pizarra de Rudi García funcionó a la perfección, pero Dzeko no fue capaz de precisar su cabezazo, cuando se encontró solo frente a Ter Stegen.

En ese momento, la Roma perdió la única oportunidad que tuvo de hacer algo en el partido y el vendaval del Barça se desató. Neymar bajó a recibir un balón al centro del campo y desde allí metió un pase diagonal al espacio donde apareció Alves. El lateral solo tuvo que tocarla con suavidad, para cederle en bandeja a Luis Suárez un balón con el que se metió dentro de la portería.

Sin embargo, el gol no hizo que el Barça bajase el pistón y el partido continuó con el mismo monólogo. Los pases se sucedían a una velocidad altísima y en esos momentos parecía imposible que un equipo pudiese competir contra los virtuosos culés. Por eso, el segundo gol llegó poco después en una combinación preciosa entre Neymar, Luis Suárez y Messi, que terminó con una picadita perfecta de la 'Pulga'.

Un equipo insaciable

Después, el Barça se vio con el objetivo cumplido y se relajó durante unos minutos, sin que su rival tuviera ni la más mínima oportunidad de entrar en el partido. En cambio, al borde del descanso volvió a dar otro arreón y logró el tercer gol de la noche. Neymar centró desde la derecha y la defensa repelió la pelota, pero con la mala suerte de que le fue a caer al '9' más inspirado del mundo (solo con el permiso de Lewandowski). El uruguayo conectó una volea perfecta con el exterior en una acción técnica dificilísima e hizo inútil la estirada de Szczesny.

El partido se fue al descanso en plena ebullición, pero tras la reanudación el juego estuvo todavía más abierto. Neymar y Messi lo probaron con disparos lejanos y Falqué se encontró un balón suelto en el área en la ocasión más clara para el equipo italiano hasta ese momento, pero su zurdazo a bocajarro topó con un enorme Ter Stegen.

Pero la suerte tampoco estaba de cara de la Roma y el Barça le devolvió el sopapo a lo grande con otros dos goles. Piqué se sumó al área y remató a placer una jugada en la que Luis Suárez y Messi se asociaron en el área, para hacer el cuarto. El quinto lo firmó el '10', al recoger un rechace del exportero del Arsenal ante otro disparo suyo, en una acción en la que Neymar frotó la lámpara.

Finalmente, el árbitro señaló dos penaltis en dos faltas innecesarias de Uçan y Vermaelen, pero en un claro reflejo del partido, el Barça consiguió un gol en el suyo y los romanistas volvieron a perdonar. Neymar falló su lanzamiento sin carrerilla, pero Adriano remachó el balón suelto, mientras que Ter Stegen estuvo soberbio ante Dzeko y ni siquiera concedió una segunda oportunidad. Pero el bosnio pudo consolarse en la última jugada del partido con un cabezazo impecable con el que consiguió el gol de la honra para su equipo.  

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