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¿Leer en papel o en pantalla? Esto es lo que dice la ciencia sobre cómo afecta a tu memoria

Los estudios más recientes revelan diferencias clave entre la lectura digital y la lectura tradicional; comprensión, retención y fatiga visual marcan la diferencia

Lectura
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Con la expansión de los dispositivos electrónicos, cada vez son más las personas que leen a diario desde una pantalla. E-books, tablets, móviles y ordenadores han transformado nuestros hábitos de lectura, y con ellos, también nuestra forma de comprender y retener la información. Sin embargo, varios estudios coinciden en que el soporte sí influye… y mucho.

Aunque la lectura digital ofrece ventajas evidentes —como la inmediatez o la portabilidad—, la ciencia apunta a que el papel sigue siendo el formato más eficaz cuando se trata de procesar textos largos y complejos.

Comprensión lectora: ¿en qué formato se rinde más?

Investigaciones de universidades como la de Stavanger (Noruega) y Maryland (EE. UU.) han demostrado que los lectores que utilizan papel obtienen mejores resultados en comprensión profunda, especialmente en textos informativos o narrativos de cierta longitud.

Uno de los motivos más repetidos es el llamado “efecto mapa mental”. Leer en papel permite ubicar la información espacialmente, lo que favorece la memoria. En digital, la linealidad de las pantallas y la falta de referencias visuales hacen que el cerebro se “desoriente”.

Lectura fragmentada vs lectura lineal

Además, el entorno digital favorece la multitarea: notificaciones, enlaces, cambios de pestaña… Todo ello interrumpe el flujo lector. Esta exposición constante al “scrolling” también ha derivado en un nuevo patrón cognitivo, en el que leemos por encima más que en profundidad.

El neurocientífico estadounidense Nicholas Carr advierte desde hace años sobre el impacto del entorno digital en el pensamiento reflexivo. “Cuanto más leemos en pantalla, menos capacidad tenemos para la lectura lenta, sostenida y crítica”, afirma.

Cansancio visual y postura corporal

Leer en pantalla durante largos periodos también genera más fatiga ocular, sequedad y dolores cervicales. La luz azul emitida por los dispositivos electrónicos puede alterar el ritmo circadiano y dificultar el sueño si se realiza justo antes de acostarse.

Frente a ello, el papel no emite luz, no produce reflejos y permite una postura más natural durante la lectura prolongada.

Entonces, ¿qué elegir?

Depende del objetivo. Para lecturas rápidas, artículos breves, o contenido visual, el digital es imbatible. Pero para estudiar, leer novelas largas o comprender en profundidad, el papel sigue siendo el formato más completo.

La clave está en usar cada soporte según el contexto y entrenar habilidades lectoras en ambos. Lo importante es no perder el hábito lector… y adaptarlo a nuestros tiempos.