40 años de España en Europa: integración, modernización y desarrollo

Tal día como hoy, un 12 de junio de 1985 se producía un hecho que marcaría el futuro de España y su papel en Europa después de la dictadura: España firmaba el Tratado de Adhesión a la por aquel entonces Comunidad Económica Europea (CEE); hoy Unión Europea, iniciando así un periodo de expansión e integración de España en Europa. Junto a España firmó también su tratado de Adhesión Portugal.
Si bien es cierto que la primera petición para adherirse a la Comunidad Económica Europea se hizo en 1962 por el entonces Ministro de Asuntos Exteriores, Fernando María Castella, la solicitud fue rechazada ante la falta de democracia del país.
Con la llegada de la democracia al país, las ambiciones de España por pasar a formar parte de la CEE se multiplicaron, cristalizando finalmente en la firma del Tratado de Adhesión, que tuvo lugar en Madrid previa solicitud formal de adhesión en 1977. La integración efectiva en la Comunidad Económica Europea llegaría el 1 de enero de 1986.
🇪🇸 El 12 de junio de 1985, España apostó por un futuro común 🇪🇺
— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) June 12, 2025
A lo largo de generaciones y regiones, Europa ha creado oportunidades y transformado vidas.
España ha contribuido a enriquecer Europa con su cultura, sus vínculos globales y su espíritu único de convivencia. pic.twitter.com/lCKiRuHXKw
Una adhesión que supuso cambios claves en España
La adhesión no fue simplemente un signo de normalización política, sino que supuso además un impulso económico clave para España, pues fue de los países más beneficiados por el reparto de los fondos comunitarios al tener una renta per cápita inferior al 75% de la media comunitaria. Infraestructuras, agricultura, redes de transporte, educación y sanidad fueron solo algunos de los sectores que se beneficiaron de la ayuda europea.
Ejemplo de esta voluntad integracionista de España en las instituciones comunitarias es la firma del Acuerdo Schengen en 1991, acuerdo con el que diversos países europeos suprimieron sus fronteras interiores y que a día de hoy agrupa a 27 países (23 de ellos miembros de la Unión Europea). España no solo firmó el acuerdo, sino que también aplicó sus disposiciones en 1995, manifestando así su apuesta por la libre circulación de personas.
Un año más tarde se firmaría el Tratado de Maastricht en la ciudad neerlandesa de la cual recibe el nombre tal tratado. Es a partir de este momento cuando la consecución de una Unión Económica y Monetaria, que ya había comenzado fraguarse en junio de 1988 a raíz de un comité constituido por el Consejo Europeo y presidido por Jacques Delors; comenzó a ver la luz. Así, en 2002 se pondría en circulación el euro como moneda.

Desde su adhesión hace 40 años, tanto España como Portugal han transformado sus economías, y sobre todo, cerrado la brecha que les separaba de la media europea; recibido miles de millones de euros en fondos que han contribuido a modernizar sus infraestructuras y mejorar sus servicios públicos. Más aún, han consolidado sus papeles como actores activos en la construcción del proyecto europeo.