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Los gobernadores de la Reserva Federal están listos para reducir estímulo monetario

Desde el comienzo de la recesión en diciembre de 2007 la Reserva Federal ha empleado diversos instrumentos de estímulo monetario, incluidas las compras de bonos del Tesoro a largo plazo, de títulos hipotecarios y de pagarés comerciales.

Después de cuatro trimestres consecutivos de contracción, la economía de EEUU retornó al crecimiento a mediados de 2009 y, aunque persiste un alto desempleo -el 9,7% en enero-, los miembros del Comité que temen un brote inflacionario se inclinan ahora por un retiro más rápido de los fondos.

En su reunión del 26 y 27 de enero los funcionarios del banco central calcularon que la economía de EEUU crecerá un 3,2 % este año, según las actas del encuentro.

En noviembre pasado el pronóstico era de un crecimiento del 3 % en 2010.

Las actas muestran que varios de los miembros del Comité expresaron preocupaciones diferentes: la posibilidad de que una venta presurosa de los activos adquiridos por la Reserva cause trastornos en los mercados y perjudique la reactivación económica.

El Comité se reunirá nuevamente el próximo 16 de marzo y los analistas creen que la Reserva mantendrá la política monetaria actual, que ha tenido la tasa de interés de referencia en EEUU por debajo del 0,25 % desde diciembre de 2008.

En términos generales las actas reflejan una amplia variedad de opiniones dentro del Comité acerca de cuándo y cómo la Reserva abandonará su política de bajos intereses.

La decisión de mantener los tipo de interés en la reunión de enero no fue unánime, puesto que el presidente del Banco de la Reserva Federal de Kansas City, Thomas Hoening, el disidente en el encuentro, expresó su preocupación por el aumento de los riesgos de inflación.

De acuerdo con los cálculos de la Reserva en enero, el desempleo estará en alrededor del 9,6 % en el último trimestre de 2010. El mes pasado, según el Departamento de Trabajo, el desempleo fue del 9,7 %.

Las actas indican que los expertos de la Reserva Federal esperan este año una inflación subyacente -es decir si se excluyen los precios de alimentos y combustibles- del 1,4 %.

En noviembre calculaban que la inflación subyacente sería del 1,3 %.

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