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Doorcats siembra el futuro en el Colegio de Íscar con un huerto que une educación, sostenibilidad y comunidad

Un proyecto educativo liderado por Doorcats y el CEIP Álvar Fáñez enseña cada año a más de 300 niños el valor del esfuerzo, el cuidado del entorno y el trabajo en equipo

En Íscar, un municipio de Valladolid, un pequeño huerto de 110 metros cuadrados se ha convertido en un gran ejemplo de cómo la colaboración entre empresa, escuela y comunidad puede dar frutos más allá de lo agrícola.

Desde hace tres años, Doorcats, una empresa que ofrece soluciones de ferretería y carpintería para profesionales, en alianza con el Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Álvar Fáñez, impulsa un proyecto educativo que enseña a los niños a cuidar la tierra y también a cuidarse entre ellos.

Cada curso, más de 300 alumnos participan en todas las fases del proceso. Germinan semillas en clase durante el invierno, las plantan en primavera en el huerto ubicado en las instalaciones de Doorcats, y regresan en verano y otoño para mantener y cosechar. A través de esta experiencia, los estudiantes aprenden no solo sobre agricultura, sino también sobre responsabilidad, trabajo en equipo y conciencia ecológica.

El proyecto destaca también por su enfoque intergeneracional. Los alumnos mayores acompañan a los más pequeños en todo el proceso, generando lazos que van más allá del aula. Además, el huerto está disponible durante todo el curso escolar, y en verano, el equipo de Doorcats se encarga de recoger a diario lo que ha madurado para que pueda ser aprovechado por familias y vecinos.

El huerto está planificado para obtener los resultados
El huerto está planificado para obtener los resultados

Este año, el proyecto ha reforzado su compromiso ambiental apostando por un modelo de cultivo aún más ecológico. Gracias a la colaboración con Sidipal, una empresa de semillas, se han utilizado abonos y tratamientos orgánicos de la marca Neudorff. También se ha recuperado una técnica tradicional, plantando tajetes entre los cultivos para repeler plagas de forma natural. A esto se suma la instalación de un sistema de riego por goteo con depósitos, cedido por Altadex, una empresa especialista en riego y jardín, que ha permitido reducir considerablemente el consumo de agua.

Al frente de esta iniciativa está Carlos, responsable de tienda de Doorcats en Íscar, que dedica parte de su tiempo libre al cuidado del huerto. Su compromiso, junto al del equipo y la comunidad educativa, ha hecho posible que este espacio no solo dé tomates (más de 15 kilos recogidos en un solo día el pasado año), sino también lecciones valiosas sobre sostenibilidad y cooperación.

Premiado incluso por la calidad de sus tomates cherry en un certamen local, el huerto de Doorcats se ha convertido en un símbolo de orgullo para el pueblo y en un modelo de educación práctica y transformadora.

Una apuesta por la tierra, por la infancia y por un futuro que, gracias a iniciativas como esta, se cultiva desde las raíces.