El Rey belga reclama un gobierno rápido y pide unidad citando a Ingrid Betancourt
Es la única alusión de su mensaje a los acontecimientos de la última semana, que han llevado a la dimisión del gobierno de coalición presidido por el democristiano flamenco Yves Leterme. Apenas nueve meses después de asumir el cargo, el líder flamenco presentó el viernes al Rey su renuncia y la de todo su equipo, entre acusaciones de haber intentado frenar una sentencia contraria a la venta promovida por el gobierno del gran grupo bancario y asegurador Fortis.
"Espero fervientemente", afirma el Rey, "que el sentido de responsabilidad de cada uno conduzca rápidamente a la formación de un nuevo gobierno capaz de seguir haciendo frente con eficacia a los desafíos económicos, sociales y financieros urgentes de nuestro país, y de avanzar en la necesaria reforma del Estado".
En el origen, pues, de la última crisis política belga está, según el monarca, el colapso crediticio internacional, y en la raíz de éste, "el desarrollo de productos financieros incontrolados", tan "complicados y sofisticados", explica, "que la mayoría de los responsables son incapaces de determinar su valor real".
Pese a ello, "fueron puestos a la venta y han sido adquiridos por instituciones financieras de todo el mundo a la búsqueda de márgenes de beneficio cada vez mayores".
Alberto II pide que se aprenda la lección de esta crisis mundial para que no vuelva a repetirse nunca más. "Me parece necesario someter todos los productos financieros a un control eficaz y proceder a la creación de un organismo regulador europeo independiente", propone.
"Rechacemos con energía la vuelta al aislacionismo. Aprovechemos esta crisis para establecer nuevas maneras de actuar conjuntamente, tanto en el plano europeo como mundial, igual que ocurrió en la conferencia de Bretton Woods de 1944. Recordemos también que la finanza debe estar al servicio de la economía, y ésta al servicio del hombre".
Alberto II invita también a no olvidar "a los más débiles, aquí y en el tercer mundo". "Esta crisis ha movilizado en los países desarrollados gigantes medios financieros; no nos olvidemos por ello de la necesaria protección de los más desamparados".
Toda la segunda parte del mensaje navideño del rey belga está dedicada a "la otra crisis" que ha vivido el país este año y que ha colocado a Bélgica al borde de la escisión.
El rey da su respaldo explícito a las conclusiones de los mediadores que abogaron por una "negociación seria y creíble" entre flamencos y francófonos que conduzca "a una reforma profunda y equilibrada del Estado" belga con más autonomía, competencias y responsabilidades para las comunidades y regiones, "sin cuestionar la solidaridad" entre todos los ciudadanos.
En este punto, Alberto II confiesa que quedó "muy impresionado" por un comentario que hizo Ingrid Betancourt cuando visitó Bélgica a principios de octubre. Respondiendo a los periodistas, la ex rehén colombiana dijo estar convencida de que la generosidad propia de los belgas "proviene del hecho de que Bélgica siempre ha vivido con dos culturas que se han entendido pese a las diferencias".
"El mundo tiene necesidad de ese ejemplo", dijo Betancourt. "Hay demasiada intolerancia, demasiadas soluciones fáciles". "A menudo decimos que podríamos vivir cada uno de nuestro lado, pero eso sería demasiado fácil", concluye el pasaje de la política colombiana citado por el Rey.