Irán decide su futuro entre la reforma y el continuismo ultraconservador
"Es increíble, he tardado más de una hora y cuarto en votar, cuando la vez pasada apenas lo hice en cinco minutos", explicó Efe Farib Ahari, un estudiante de 23 que no reveló a quien había entregado su sufragio.
Uno de los primeros votantes fue el líder supremo de la Revolución, Ali Jameneí, que depositó el voto sólo diez minutos después de la apertura de las urnas en la mezquita Iman Jomeini, en el sur de Teherán. Entre estrictas medidas de seguridad y medio centenar de periodistas, el líder pidió a los iraníes que acudan este viernes a las urnas y se mostró confiado en que lo harán "porque la conciencia política del pueblo ha crecido".
Jameneí, cuyo poder es omnímodo, instó a todos los participantes en el proceso -votantes, observadores y funcionarios- a que se conduzcan con ética y respeten los principios de la República Islámica para que haya una elecciones limpias.
Ahmadineyad, reñida contienda
Minutos después ejerció su derecho a sufragio el presidente del país, el ultraconservador Mahmud Ahmadineyad, quien este viernes busca la reelección en una contienda que se perfila como muy apretada. Como un ciudadano más, Ahmadineyad hizo cola frente a la puerta de la mezquita mayor de Afsarie, uno de los barrios depauperados del sur de Teherán.
Un Ahmadineyad sonriente mostró confianza en una vitoria que está en el aire y que de no lograr le convertiría en el primer presidente de la historia de la Revolución Islámica iraní que no es reelegido. "La elección decidida y revolucionaria del pueblo conseguirá un futuro saturado de progresos para Irán", dijo el presidente tras votar. En su opinión, las elecciones son una oportunidad para unir las habilidades, fortalecer la unidad del país y saltar hacia picos de poder más altos.
Rivales reformistas
Uno de sus rivales, el clérigo pro reformista Mehdi Karrubí, eligió una madraza a las afueras de la ciudad para ejercer el derecho al voto en unas elecciones que, por edad, podrían ser su última oportunidad de ser presidente. El último en ejercer su derecho fue el independiente pro reformista Mir Husein Musaví, que se perfila como la principal amenaza de Ahmadineyad.
Otro de los hombres fuertes del país, el ex presidente Ali Akbar Hashemi Rafsanyani, al que Ahmadineyad ha acusado de corrupción y con el que ha abierto una guerra de desconocidas consecuencias, eligió para votar la simbólica mezquita de Jamarán, vecina a la casa del fundador de la República Islámica, Rujolá Jomeini.
Más de 46 millones de iraníes están convocados este viernes para votar en las décimas elecciones presidenciales de la era republicana.
Según el ministerio de Interior, los primeros resultados finales se conocerán 24 horas después de que se cierren los colegios, aunque después deberán ser validados por el poderoso Consejo de Guardianes. Si ninguno de los cuatro candidatos en disputa alcanza más del cincuenta por ciento hoy, los dos más votados deberán disputar una segunda vuelta el próximo viernes.