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Olvido Hormigos versus Belén Esteban

A princesa muerta, concejala puesta. Mientras la madrileña se cura de no sé qué problemas (tiren de imaginación y seguro que aciertan) y prepara su vuelta a los platós televisivos, la toledana no sale de éstos intentando rentabilizar al máximo la fama que no logró como concejala. Telecinco ha echado mano de ella para suplir a la musa de la cirugía estética en este país y va camino de convertirla en suplente oficial de su diva.

Una se dio a conocer por su romance con un torero de Ubrique, la otra por regalarle un vídeo erótico a un vecino de Consuegra. Los 469 kilómetros que separan ambos pueblos no son nada comparado con la distancia que separa a ambas a nivel cultural (la de San Blas tiene problemas hasta de dicción mientras que la toledana será una de los casi 10.000 aspirantes a ocupar una de las 203 plazas de maestro en las oposiciones que se celebrarán el 22 de junio en Castilla-La Mancha), el único apartado en el que cualquier parecido es pura coincidencia.

Las dos han salido ya en "Interviú", las dos han pasado por el quirófano (en ambos casos, una más que otra), las dos se han dejado insultar en un plató con tal de cobrar su taloncito, las dos viven ya del cuento y, como si de criminales se tratara, las dos hasta se han sometido al "polígrafo". En vez de contar en él sus crímenes, cuando menos la muerte lenta que va provocando su presencia a miles de espectadores, la experiencia le sirvió a una para quedar como una santa comparada con la familia Janeiro, y a la otra para confirmar que lo de las sesiones eróticas, tanto audiovisuales como fotográficas, no se las debe a su vena artística sino a su adicción al sexo, y para revelar, por si alguien todavía tenía dudas, que su marido tiene más cuernos que la ganadería de Victorino.

Hasta en ese tema de la cornamenta tienen parecidos razonables. La Esteban no dejó a su camarero Fran Álvarez porque éste se los pusiera con otras damiselas, sino porque sentía que su marido la había "vendido". La Hormigos no para de ponérselos a su marido, del que dice seguir enamorada, y éste le perdona más que la afición del Real Madrid a Mourinho.

No es de extrañar que las dos estén de los nervios y que las dos hayan pasado por el diván del psiquiatra. Ahora habrá que ver si los demás también nos tenemos que tumbar en alguno si a Telecinco se le ocurre aprovechar tamaño circo para vender el enfrentamiento de ambas ante las cámaras. Con "princesas" como éstas, o como Corina, no es de extrañar que digan que la monarquía está cada vez peor.