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Nuevo Plan de la UE para la gestión de crisis cibernéticas: en qué nos va a beneficiar

Los ministros de Telecomunicaciones de la UE han aprobado un plan que refuerza la coordinación entre estados miembros ante incidentes de ciberseguridad que puedan afectar a toda la Unión Europea
Con este plan, se refuerza la protección frente a ciberataques que pueden interrumpir servicios digitales, paralizar hospitales, bloquear redes de transporte o comprometer datos personales.

La Unión Europea ha dado un paso clave para proteger mejor a sus ciudadanos frente a amenazas digitales que pueden poner en riesgo servicios básicos, datos personales o infraestructuras esenciales.

Los ministros de Telecomunicaciones han aprobado este viernes 6 de junio el nuevo 'Plan de la UE para la gestión de crisis cibernéticas', un documento que establece cómo actuar en caso de ciberataques graves con impacto a gran escala.

Este plan permite coordinar la respuesta entre países cuando un ataque informático supera la capacidad de un solo estado, afecta a varios a la vez o amenaza la seguridad pública, el mercado interior o el funcionamiento de servicios críticos como la sanidad, la energía, los transportes o las comunicaciones.

La medida se basa en el anterior plan de 2017, pero incorpora nuevas herramientas legislativas como la Directiva SRI 2 o la Ley de Cibersolidaridad.

El objetivo es que, cuando haya un ataque serio, todos los actores (desde las agencias nacionales hasta los responsables europeos) sepan cómo cooperar, compartir información y activar protocolos conjuntos de respuesta, comunicación y recuperación.

Cómo te afecta este nuevo plan

Aunque el contenido pueda parecer técnico, sus implicaciones son muy concretas. Con este plan, se refuerza la protección frente a ciberataques que pueden interrumpir servicios digitales, paralizar hospitales, bloquear redes de transporte o comprometer datos personales.

El texto señala que si un ciberataque desborda a un país, la respuesta ya no dependerá solo de su capacidad nacional, sino de una estructura común a escala europea. Esto significa, a priori, que habrá más rapidez para contener el daño, más recursos disponibles y una coordinación mejorada, especialmente en lo que afecta a la ciudadanía.

También se refuerza la comunicación pública durante estas crisis para evitar confusión o desinformación. Saber qué está ocurriendo y cómo actuar puede marcar la diferencia en contextos como los ataques de ransomware o apagones que afectan a infraestructuras críticas, como el ocurrido el pasado mes de abril (y del que todavía no han trascendido las causas).

Qué actores entran en juego y qué cambia ahora

El nuevo plan detalla qué instituciones deben intervenir y en qué momento. Entre ellas se encuentran ENISA (la agencia europea de ciberseguridad), EU-Cyclone (la red europea de enlace en cibercrisis) y los servicios nacionales de respuesta informática.

Además, se contempla la cooperación con organismos militares y con la OTAN cuando sea necesario, y se promueve el intercambio de experiencias entre países para mejorar tras cada incidente. No solo se trata de responder, sino de aprender colectivamente para estar mejor preparados en el futuro.