Las fantasías eróticas de Cebrián

Si levantara la cabeza su padre, alto cargo de la prensa del régimen franquista, ningún piropo le dedicaría por tamaña osadía. Si lo hiciera su primer director, Emilio Romero en "Pueblo", el llamado diario vespertino del Movimiento, le habría puesto de patitas en la calle con sólo haberle mentado la idea. En Prisa, donde hace y deshace a su antojo, por supuesto nadie ha osado reprocharle la propuesta de intentar relanzar el "AS" a base de películas eróticas.
Que las ventas de su diario deportivo hayan caído un 16% en los primeros cuatro meses del año invitaban a pensar en cualquier medida preventiva, pero pocos imaginaban que la misma iba a pasar por encomendarse a los recuerdos eróticos de los cincuentones o cuarentones españoles, los que tuvieron el honor de ver esas películas en las salas llamadas cines que ahora son especies casi en peligro de extinción.
Akiko Koyama ("El imperio de los sentidos"), Charlotte Rampling ("Portero de noche"), Corinne Clery ("Historia de O") y, sobre todo, Sylvia Krystell ("Emmanuelle" y "El amante de lady Chaterley") son las musas en las que Cebrián confía ahora para el relanzamiento del "AS". Nombres casi desconocidos, y sin el casi, para los adolescentes de hoy en día, pero que causaban furor en la muchachada de las décadas de los 70 y los 80, la misma que ahora compra este periódico. Todos ellos las van a poder tener ahora en sus hogares, si no forman parte ya de sus videotecas particulares, por cinco cupones y 9,95 euros, un "robo" para los amantes de las descargas ilegales y quizás un pequeño "chollito" para los enemigos de las nuevas tecnologías.
Indudablemente, Cebrián y compañía, mientras llega el mirlo blanco que quiera hacerse con Digital + o incluso con la SER, buscan rentabilizar como sea sus activos actuales a costa de lo que sea o de quien sea, reforzando la moda que se reflejaba en los últimos datos sobre promociones recogidos por el Libro Blanco de AEDE. Ahí se nos mostraba cómo entre 2001 y 2011 las llevadas a cabo en diarios deportivos habían pasado de estar presentes en 153 días al año a 284 días, confirmándose como uno de los pilares de sus estrategias comerciales, por mucho que les pese a los editores patrios. Pese a todo, no parece que unos cuantos pares de senos tiren más en esta ocasión que los goles de Cristiano o los problemas con Hacienda de Messi.