Mari Jungstedt se suma al éxito de la novela negra escandinava
Mari Jungstedt cuenta ya con seis libros publicados en Suecia que han cautivado a los lectores con tramas perfectamente hiladas, que se resuelven sin dejar nada al azar. "Es importante -apunta- no desvelar demasiado, pero también que el asesino no caiga del cielo como una sorpresa".
(Maeva) es la primera novela protagonizada por el comisario Anders Knutas y el periodista Johan Berg, ubicada en la isla de Gotland -donde la autora tiene una residencia- "que es perfecta para la trama, porque crea un ambiente cerrado, muy especial, y está rodeada de mar", explica Jungstedt.
Esta idílica isla turística da un giro cuando Helena es asesinada, después de una fiesta de amigos que termina en un ataque de celos de Per, su novio. Aunque el primer sospechoso es Per, Jungstedt introduce al lector en la mente de todos sus personajes y, así, hace dudar al lector en cada página, igual que a los propios encargados de la investigación.
Influencias literarias
Mari Jungstedt confiesa que, más que de Larsson, "que es un fenómeno muy reciente", ha bebido de Maj Sjövall y Per Wahlöo, que en los años sesenta iniciaron la corriente de la novela negra escandinava, cuyo éxito atribuye a que "todo el mundo se puede identificar con estos problemas".
Pero la autora (Estocolmo, 1962) tiene mucho en común con los autores del género, como el propio Larsson, Indridason o Henning Mankell, del que se declara fiel seguidora. Asegura que, en sus novelas, además de crimen "hay una historia mucho más profunda, sobre la infancia y sobre cómo las cosas que ocurren en la infancia nos afectan en la vida".
Además de mostrarse crítica con "una realidad" como el acoso escolar -del que fue víctima de niña- pretende ir más allá, hablar de la fragilidad de los niños y de "lo importante que es que tengan a alguien adulto para hablar".
Aunque Jungstedt no da nombre al asesino hasta las últimas páginas, introduce, desde el principio, un monólogo interior del personaje cuando era niño, "no para justificar, sino para entender su actitud". "Esa voz muchas veces es mi propia voz, las memorias que yo tengo de cuando estuve en la escuela", afirma.
Ganas de pasar las páginas
Mari Jungstedt escribe para que el lector "tenga ganas de pasar las páginas" y además de concentrarse en la tensión dramática aporta otros elementos, como una historia de amor, porque "aunque no sea necesario en un libro de crimen, sí es un reflejo del mundo en el que vivimos".
Hace tres años que dejó de trabajar en la televisión para dedicarse de lleno a la literatura, pero sus historias también están vivas en la pequeña pantalla desde que se emite en Alemania una serie basada en sus novelas, rodada en Gotland.
No interfiere en los guiones, porque "lo más importante" para ella es "escribir libros", aunque se muestra emocionada al decir que "es un sueño" ver que, además de a los lectores, el comisario Knutas se ha acercado ya a seis millones de telespectadores.