Trichet y Ordóñez piden al Gobierno un giro en su política económica con reformas estructurales
Trichet instó al Ejecutivo español a que "ni evite ni posponga" las reformas estructurales que necesita la economía, entre ellas flexibilizar el mercado laboral y acometer la reestructuración del sistema financiero. Es "necesario" moderar los salarios y reducir las grandes diferencias que existen entre trabajadores fijos y temporales, estos últimos sobre los que ha caído de "manera desproporcionada" la crisis, explicó Trichet en su intervención en la convención anual de la Asociación de Mercados Financieros.
Todas las reformas, dijo, servirán para ganar en competitividad y productividad, porque España, "al igual que todas las economías del mundo", tiene que cambiar su modelo productivo y adaptarse a las nuevas posibilidades de futuro.
Para el presidente del banco emisor europeo, España debe acometer dichas reformas pensando en "su pasado coherente y de éxito constante" desde que entró en la Unión Europea, además de mantener "su credibilidad" de que puede cumplir con el compromiso comunitario para situar el déficit público por debajo del 3 por ciento del PIB.
Los cambios propuestos por Trichet coinciden con los del presidente del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, quien además de abogar por una reforma laboral, considera preciso que un tercio de las 45 cajas de ahorros existentes lleven a cabo un proceso de fusión.
Si se llevan a cabo reformas laborales "importantes" tendrán trabajo "muchas más personas", aunque la economía crezca con menor intensidad y añadió que el desempleo es el principal problemas a resolver para que la economía crezca a una ritmo "suficiente" que permita acabar con el paro.
Tras comparecer en la Comisión de Presupuestos del Senado, Fernández Ordóñez destacó que la caída de la actividad ha sido menor en España y, sin embargo, otros mercados han mantenido el empleo debido a que sus normas laborales se adaptan y permiten aumentar la productividad y, con ella, los salarios al tiempo que se declaró "muy contento" por las declaraciones de los sindicatos y de algunos miembros de Gobierno mostrándose a favor de hablar de reforma laboral.
Para Fernández Ordóñez, existe una relación entre el desempleo y la morosidad de la banca, dado que la reducción del paro es "clave" para que las entidades financieras ganen solidez y estén "más dispuestas" a prestar recursos.
Con la vuelta a la contratación laboral, se mostró "convencido" de que los problemas se van a ir resolviendo y uno de ellos, dijo, es la "cautela" de las entidades financieras para prestar dinero a empresas y particulares.
Previamente, durante su comparecencia ante la Comisión de Presupuestos del Senado, subrayó que la fase más aguda de la crisis en España ha pasado ya, como lo muestra el hecho de que la actividad entre julio y septiembre, si bien continuó retrocediendo, aunque a un ritmo más moderado.
Asimismo, el gobernador añadió que las familias han recortado el consumo de forma más drástica de lo que apuntan algunos datos, lo que ha hecho que el ahorro alcance niveles históricos, por lo que auguró que, si la incertidumbre se despeja, el consumo podría contribuir al impulso de la actividad. Aseguró, además, que la subida del IVA prevista para la segunda mitad del año que viene podría anticipar las decisiones de gasto para los primeros meses del 2010, agregó.
Palabras de elogio para el sistema financiero
El presidente del BCE tuvo palabras de elogio para el sector financiero español, del que dijo que es "fuente de fuerza" y "orgullo nacional". Para Trichet, el sector además de ser "más resistente" que el de otros países durante los primeros meses de la crisis, ha demostrado ser "líder" y ha puesto en valor la utilidad de una "buena serie de almohadones" que acumuló en los tiempos de bonanza. No obstante, advirtió de que seguirá aumentando la tasa de morosidad y estrechándose los márgenes, por lo que abogó por realizar los "necesarios ajustes" en el sistema financiero.
Esta reordenación, dijo, se puede hacer de forma "pensada" y con la experiencia de épocas anteriores, pues recordó que España ha sido "testigo" de muchos procesos de este tipo en el pasado y que han dado como resultado un modelo bancario "de gran éxito".
En cuanto al apoyo "excepcional" que ha recibido el sector financiero en Europa, Trichet indicó que "habrá que ir retirándolo" y aseguró que la "receta" para que las entidades recuperen su estabilidad es "una gestión sólida".
Sobre las nuevas normas de supervisión financiera que se promueven internacionalmente, recordó que todo apunta a que en ellas se prestará una "atención especial" a la relación que existe entre las entidades y sus riesgos para el resto del sector. Sin embargo, señaló que "hay mensajes" que dicen que el tamaño de las entidades no es el "criterio decisivo" y que el "factor determinante" son los riesgos asumidos por las mismas.
Advirtió de que si "desgraciadamente" una entidad ha cometido errores y no se puede evitar su colapso, debe intentarse que la "resolución se haga de la mejor manera posible".
Como en sus últimas intervenciones, Trichet insistió en que es "prematuro" decir que la crisis ha acabado y aseguró que el organismo que preside cree que los tipos de interés -en el 1 por ciento- están en el nivel "adecuado".
Salida de la crisis
El presidente del Gobierno admitió que España saldrá "algo más tarde" de la recesión que sus socios europeos, pero porque también la empezó a sufrir después que ellos, aunque afirmó que España está "a punto" de volver a registrar crecimientos trimestrales
Zapatero reconoció asimismo que aún no es posible saber "con qué fuerza" ni "con qué progresión" ha comenzado la recuperación, ni cuándo tendrá la economía "el vigor suficiente para crear empleo".
Pese a todo, Zapatero pidió confianza para el Gobierno que preside, que ha mostrado ser capaz de adoptar decisiones "difíciles" como la subida de impuestos. Una subida que, de nuevo, Rajoy aprovechó para criticar por no ver en ella la solución para reducir el "insostenible" déficit.
El líder del PP censuró una vez más la política económica del Ejecutivo, pero prefirió incidir en su "optimismo" en la recuperación, que se basa, dijo, en la capacidad de ajuste ante la crisis mostrada por las empresas y por las familias, y no en un Gobierno que "no ha hecho los deberes" y se dedica a mandar "mensajes equivocados".
La reforma laboral, reclamada desde hace tiempo por el PP y por organismos como el Banco de España y aceptada ya por el Gobierno como una de las medidas a tomar, fue objeto de debate en este foro.
Así, Zapatero aseguró que espera que el diálogo social dé ya frutos en el primer trimestre del año que viene con la aprobación de medidas dirigidas a mejorar el mercado de trabajo.
Mientras, Rajoy recordó que la reforma laboral es "una de las más necesarias y urgentes" para la economía española, y debe aplicarse sobre varias áreas: la formación, la intermediación y la negociación colectiva, así como para acabar con la dualidad de la contratación.
Si en algo coincidieron Zapatero y Rajoy fue en la necesaria reestructuración del sistema financiero, un proceso que el presidente espera que haya concluido la próxima primavera.