La baja participación beneficia a Netanyahu; la alta, a Livni
"Tiene un impacto decisivo, si los israelíes acuden a votar como en los años ochenta, el centro izquierda saldrá fortalecido", asegura a Efe Asher Cohen, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Bar Ilán, a las afueras de Tel Aviv. En los setenta, ochenta y noventa el porcentaje de participación en Israel rozaba el 80 por ciento, pero en la última década han caído por debajo del 65 y se teme que este martes decaiga aún más.
Tradicionalmente, valoran los expertos, los porcentajes bajos perjudican a los partidos del centro del mapa político y benefician a aquellas formaciones donde el electorado está más motivado por razones ideológicas: la derecha nacionalista y los ultraortodoxos. De un estudio sobre la participación en las elecciones de 2006, Cohen deduce que las comunidades más "motivadas" son las ultraortodoxas, con índices que rozan el 90 por ciento de participación, seguidos de la derecha religiosa, la derecha laica, y después la izquierda ideológica, casi inexistente.
Los árabes-israelíes, que representan alrededor del 20 por ciento del total de los 7,2 millones de habitantes de Israel, votan muy por debajo de la media nacional, en torno al 53 por ciento según parámetros de 2006.
Religiosos en masa a las urnas
"Las estadísticas nos dicen que de todas formas la derecha y los religiosos acuden en masa a las urnas, por lo que si la población general también lo hiciera, su peso de los primeros en el total se reduciría, es decir, menos fuerza en la próxima legislatura", subraya el investigador.
Menos contundente se muestra Dan Miodownik, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Hebrea de Jerusalén, para quien "es difícil medir el impacto de la participación" en los resultados porque no hay datos concluyentes. "Se puede afirmar que el abstencionismo afecta sobre todo a los partidos que apuntan a las masas, el espectro político donde se concentra la mayoría del electorado", explica a Efe.
En Israel se identifica como centroderecha al nacionalista Likud de Netanyahu, como centro a Kadima de Livni, y como izquierda al Partido Laborista de Ehud Barak, los tres partidos "de masas" en los que la motivación política de sus electorados desciende abriendo margen de acción a factores externos muy dispares.
Otros factores
Un factor inesperado es la lluvia, después de varios meses cálidos y sin precipitaciones, ya que los meteorólogos preven para la jornada electoral que caiga agua y sople el viento, lo que podría disuadir a muchas personas de desplazarse a los colegios.
Otros de los factores imprevistos es el alto porcentaje de indecisos a tan pocas horas de las elecciones, y que ascienden a un equivalente en votos de alrededor de 12 diputados, de los 120 que componen el Parlamento.
Su abstención o voto puede llegar a tener un impacto en los resultados, pero, advierte este investigador, "también en este caso es imposible hacer una valoración exacta de cómo se distribuyen en su indecisión".