martes, abril 23, 2024
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Fallece Juan José, uno de los grandes de la baraja de toreros salmantinos

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Juan José, como se anunciaba en los carteles, fue a finales de los años 60 y primeros de los 70 del pasado siglo uno de los más serios aspirantes a sumarse al trío de ases más relevantes que ha dado la torería salmantina, integrado por El Viti, Niño de la Capea y Julio Robles.

Pero un accidente de tráfico en el que perdió la visión del ojo izquierdo frenó la que era hasta ese momento una ascendente trayectoria en los ruedos, siempre basada en un concepto de toreo típicamente castellano, simple, puro y clásico.

Juan José García Corral nació el 22 de junio de 1952 en la localidad salmantina de La Fuente de San Esteban, epicentro del llamado Campo Charro, allí donde se concentran buen número de ganaderías y donde han surgido y vivido decenas de profesionales de la tauromaquia.

Compañero de pupitre del ya también desaparecido Julio Robles, debutó como becerrista con solo 15 años y solo unos meses después, el 14 de enero de 1968, toreó su primer festejo con picadores en Ondara (Alicante), apoderado por el prestigioso taurino toledano Manolo Lozano.

Ese mismo año Juan José protagonizó el insólito caso de pasar en apenas unos meses de becerrista a matador de toros, pues, después de unas cincuenta novilladas, tomó la alternativa, con cierta precipitación, el siguiente 11 de agosto en Manzanares (Ciudad Real), de manos de Andrés Hernando y con el testimonio de Gabriel de la Casa.

El nuevo matador salmantino apenas había cumplido entonces los 16 años de edad, en el que fue uno de los doctorados más precoces de la historia del toreo, solo superado muchos años después por el de El Juli, que lo recibió con 15 años y once meses en la plaza francesa de Nimes.

Aún tuvo tiempo ese año Juan José de sumar más de cuarenta corridas de toros entre España y Francia, que le sirvieron para llegar rodado a su confirmación de alternativa en Las Ventas, fechada el 17 de mayo de 1969, esta vez de manos de su admirado Santiago Martín «El Viti» y con su amigo Paquirri como testigo.

Días después, el torero charro salió a hombros de la plaza de Madrid, realzando así una carrera que solo tuvo como rémora su desigualdad en la suerte suprema y que se vio definitivamente frenada en 1971, cuando sufrió dicho accidente de circulación a la altura de Aranda de Duero (Burgos), de vuelta de una corrida en Pamplona.

A consecuencia del mismo el salmantino perdió la visión del ojo izquierdo y, aunque reapareció solo cuarenta días después en la plaza riojana de Haro, fue perdiendo presencia, que no vigencia, en los carteles, ya que se mantuvo en activo toreando pocas corridas pero dejando siempre detalles de su calidad, sobre todo en las corridas de la feria de Salamanca, donde siguió triunfando junto a las figuras.

Tras retirarse de los ruedos el 14 de mayo de 1989, precisamente en la inauguración de la plaza de toros de su localidad natal, Juan José se dedicó exclusivamente a su nueva faceta de director de la Escuela Taurina de Salamanca, donde ayudó a que surgiera un buen número de nuevos valores de esa cantera de torería salmantina de la que fue uno de sus mejores representantes. 

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