lunes, noviembre 4, 2024
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Nace la primera dieta que cuida a las personas y al planeta

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De las dietas se dicen muchas cosas. Los especialistas en nutrición las consideran esencial para que nuestro cuerpo tenga el aporte suficiente y necesario tanto de calorías como de nutrientes, todo lo que nuestro organismo necesita para funcionar a pleno rendimiento día a día sin caer en problemas de salud o en falta de energía para seguir adelante.

 

Sus efectos, además, son algo que con el paso del tiempo se ha ido ampliando. No son pocos quienes aseguran la existencia de rutinas alimentarias que mejoran el estado de la piel o incluso el estado del cabello, aunque la principal premisa de quienes las siguen no es otra más que mantenerse en un buen estado de forma y evitar la caída en el sobrepeso.

 

Pero, entre esos efectos que se han ido achacando al seguimiento de determinadas rutinas de alimentación, ha aparecido uno que resulta bastante interesante para la sociedad actual. En pleno siglo XXI, con la cada vez mayor concienciación respecto al impacto con el medio ambiente y con todo lo relacionado con las prácticas sostenibles, un grupo de científicos ha dado forma a una dieta que sirve para mejorar la salud del planeta: la dieta de salud planetaria.

 

¿Qué es la dieta de la salud planetaria?

 

El objetivo principal de esta dieta es llegar a un 2050 en el que miles de millones de personas gocen de una buena salud a través de una alimentación saludable, pero también que el impacto ambiental que ello supone no siga el mismo ritmo que el actual.

 

En 2018, los informes ambientales elaborados por más de 7.000 compañías dejaron claro que el ritmo actual de producción y consumo no es bueno para el planeta. El agua y los bosques están en peligro, y con ellos toda la fauna que vive de ello y que, al mismo tiempo, nos sirve de alimento en nuestro día a día.

 

Así, la principal regla de la dieta de salud planetaria es reducir el consumo de azúcares añadidos y de carne roja en más de un 50%, duplicando al mismo tiempo el de legumbres, frutos secos, verduras y frutas. Esta propuesta, diseñada por un equipo de científicos con el planeta y los seres humanos en mente, se ha gestado por medio de una colaboración entre la Fundación EAT y la revista médica The Lancet durante tres años.

 

Otra de las máximas que se siguen a rajatabla en esta nueva y sostenible rutina alimentaria es la supresión de todo elemento añadido y no natural. Es decir, los tradicionales suplementos que consumen los deportistas quedan eliminados directamente ya que, según considera este grupo de profesionales, no es necesario buscar ayudas adicionales cuando la alimentación es la correcta.

 

La presencia de suplementos como parte de las dietas, o más bien como complemento, siempre se ha considerado esencial para garantizar el máximo rendimiento de la conjunción de estas con el ejercicio. Como explican desde GUIADESUPLEMENTOS, sus capacidades permiten potenciar los resultados de la comunión entre las rutinas de ejercicio y la comida. No obstante, esto es algo que entra en conflicto directo con el planteamiento de esta nueva tendencia de consumo que propicia la dieta de salud planetaria.

 

Una propuesta global

 

El informe elaborado por este equipo de expertos, un dossier de cerca de 50 páginas, incide en la importancia de cambiar el hábito alimentario y de consumo actual a nivel global, ya que no es sostenible. Su propuesta aboga por una transformación total del sistema alimentario a nivel mundial, una tarea que requeriría de la colaboración de los gobiernos, acuerdos a nivel internacional y un replanteamiento de toda la estructura agraria y de pesca, entre otras.

 

Su propuesta, dicen, es versátil y con capacidad para dar lugar a miles de platos distintos, por lo que los consumidores no tendrían problema para encontrar algo a su gusto. Además, insisten en la necesidad de seguirla y de plantearla como el siguiente paso a seguir. En el caso de implantarse, se lograrían reducir las emisiones de gases invernadero a un nivel aceptable de cara al año 2050, la estimación actual prevé un exceso del 196% con respecto a estos márgenes aceptables.

 

Con un total de 2.500 calorías al día de ingesta, la dieta de salud planetaria ayudaría a reducir un total de hasta 11 millones de muertes anuales, todas ellas causadas por irregularidades en la alimentación y consumo de sustancias poco adecuadas para el ser humano.

 

Es un planteamiento ambicioso y muy complicado, sobre todo por el impacto que supondría a escala global. No obstante, surge como una idea que, más que recomendable, se antoja necesaria. Los actuales índices de consumo y de explotación del planeta perfilan un futuro poco halagüeño y los cambios deben llegar, sea en la comida, en las rutinas o en cualquier otro ámbito.

Redacción

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