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A los tristes no les gusta el Dos de Mayo

No, no les gusta. El Dos de Mayo no les gusta a los tristes, antes dirigentes del PSOE de Madrid, Más Madrid y Podemos. Y no les gusta por las connotaciones que esta fiesta tiene y por lo que significa.

En primer lugar, porque es la fiesta de todos los madrileños, la fiesta de una región, Madrid, en la que todos somos acogidos al llegar (siempre ha sido así, y así será con los miles de ciudadanos que se gún las previsiones vendrán en los próximos años), y en la que está desterrado el sectarismo tan propio del gobierno de Pedro Sánchez y sus aliados etnicistas y xenófobos, como son los nacionalistas vascos y catalanes.

Ellos, junto con la izquierda más rancia española, son siempre más favorables para las celebraciones propias de los suyos, de celebraciones excluyentes, de celebraciones de unos ciudadanos superiores éticamente (lo que ellos creen, claro) al resto de la mayoría social que curiosamente son quienes no les votan. 

En segundo lugar, porque Madrid vive un momento especialmente brillante a nivel nacional e internacional, y la izquierda madrileña no lo puede soportar.

Y digo que Madrid vive un momento de especial brillo porque de pocos años a esta parte, Madrid se ha convertido en un referente para todas las ciudades de Europa, un lugar donde pasan cosas, el lugar donde todo puede suceder.

Configurado económicamente como el polo del sur de Europa, con una apuesta clara por la nueva economía, por la digitalización y el desarrollo de la Inteligencia Artificial, y tecnológicamente por delante del resto de la península Ibérica, Madrid es ahora destino de las grandes multinacionales que ven Madrid como el mejor acceso al mercado europeo, ayudado por su posición de puente con Hispanoamérica y por una legislación Friendly (como se dice ahora) con el emprendedor y con la gran empresa.

No es sólo eso. 

Madrid es ahora junto a Nueva York, Londres y quizás París, el gran escenario de la cultura a nivel mundial. En Madrid hay una gran oferta de teatro, de musicales y aquí se celebran grandes eventos relacionados con el cine como la reciente Gala de los Premios Platino. También a nivel deportivo es el mejor escenario a nivel mundial, como prueba que los prestigiosos premios Laureus, los Óscar del deporte, hayan encontrado en Madrid su mejor casa.

Y en tercer lugar, porque el propio origen de esta fiesta, lo que significa la gesta del Dos de Mayo, no puede gustar a quienes tan poco cariño muestran por su país, por sus gentes, sus tradiciones o su historia.

A este Pedro Sánchez mediocre, es metafísicamente imposible que le guste rememorar cuando los españoles a una despertaron como nación, cuando se levantaron con las armas a defender su integridad territorial y su dignidad nacional. Estos valores y todo lo que significa, en definitiva, el Dos de Mayo es contra lo que lucha Sánchez desde que es presidente del gobierno.

No le gusta lo que significa el Dos de Mayo, detesta Madrid y aborrece a Isabel Díaz Ayuso, convertida en su némesis política. Por ello, boicotea este acto siempre, este año prohibiendo que el Ejército español tan querido y admirado por los madrileños, esté presente en los actos oficiales, y hace todo lo posible porque todo salga mal. Y es que, con este presidente, casi hay que agradecerle que no declare el estado de excepción, y nos encierre en nuestras casas, como por cierto hizo inopinada e ilegalmente durante la Pandemia en un puente.

Es muy triste ser así, y es muy triste gobernar contra la capital de tú país. Pero es lo que hay y lo que padecemos todos los madrileños con este Gobierno de España y su presidente.

Por todo ello, olvidémonos de esta tristeza y amargura que nos intentan imponer y disfrutemos del Dos de Mayo como nos dé la gana y como los madrileños y los españoles sabemos hacer, celebrando nuestras fiestas y nuestras tradiciones siempre con alegría, pues bastante dura es la vida y bastantes zancadillas nos ponen socialistas, extrema izquierda e independentistas en nuestra política diaria.