Última hora

Los goles europeos de Almunia

El actual Vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de la competencia Joaquín Almunia saltó a la palestra como recordarán muchos de ustedes hace ya algunos meses, provocando una grave crisis desde su puesto en Bruselas con el sector naval y ocasionando un durísimo golpe en la linea de flotación de los astilleros navales españoles aplicando el denominado "tax lease".

Las denuncias de diversos gobiernos que tenían intereses navales fuertes, como el holandés o noruego, hizo que los astilleros españoles tuviesen que devolver la mayoría de ayudas que les fueron concedidas desde la Unión Europea. Ayudas que fueron otorgadas por el anterior sistema de financiación del sector naval comunitario.

Todo ello ha supuesto desgraciadamente miles de millones de euros de pérdidas en el sector, así como la pérdida de decenas y decenas de contratos en cartera que llevaron a los futuros compradores a trasladarse a otros mercados, europeos y asiáticos principalmente.

El comisario se negó a recibir a una delegación de los astilleros españoles

Lamenteblemente el señor Almunia se negó a buscar soluciones para el sector, desde el cual se se le demandaba por activa y pasiva. Desde ese propio sector naval se le recriminaba al señor comisario español que no se reuniera con ellos ni se pusiese al teléfono, negándose incluso a recibir a una delegación que fue enviada a Bruselas por los representantes de los diversos astilleros españoles. Pero desde ese muro sordo que levantaron en el gabinete del comisario Almunia además incluía rechazar las peticiones que provenían del Gobierno español, de autoridades gubernamentales de varias comunidades autónomas españolas, de los trabajadores, sindicatos y empresarios del sector y dirigentes de su propio partido politico, que llegaron incluso en Galicia –por parte del secretario de los socialistas de esa región, que no es sospechoso, políticamente hablando, de las ideas del señor Almunia– a declararle persona non grata.

A la vista de lo sucedido en aquél momento, su comportamiento como comisario español –no olvidemos que nombrado en su momento por un gobierno español (socialista)– no es que fuese de independiente, como él se jacta públicamente, o de favorecer a su país por el que fue nombrado, como hacen los otros comisarios de las otras nacionalidades de la Unión Europea que velan preferentemente por los intereses de sus paises respectivos, sino que en el caso del comisario español Joaquín Almunia sus hechos y acciones nos demuestran lo perjudicial que es este comisario europeo para los intereses internacionales españoles. Y, como se suele decir, si no quieres taza, toma taza y media con el debate abierto estos últimos días con el fútbol español por parte del comisario Almunia, quien con sus últimas actuaciones está corriendo el riesgo de remar en dirección a entorpecer, dañar y desacreditar la marca internacional de España en todos los ámbitos sectoriales.

Las acusaciones de Joaquín Almunia de abrir una investigación oficial contra siete clubes de fútbol españoles, han originado un terremoto en ámbitos deportivos y económicos, ha dañado la marca España deportiva que tantos éxitos está dando a nuestro país y ha colocado sombras injustas en clubes de fútbol españoles, algunos de ellos referentes mundiales.

Con esas desafortunadas declaraciones el comisario Almunia ha creado una alarma internacional innecesaria sobre el fútbol español, agrupando y acumulando expedientes de épocas diferentes y de asuntos que no tienen nada en común los unos con los otros, perdiendo una buena oportunidad el comisario de, en vez de enturbiar el buen nombre de equipos españoles, haber podido recordar y explicar entre otras cosas también a los medios de comunicación europeos, que los clubes españoles soportan una fiscalidad más gravosa que muchos otros equipos de fútbol europeos.

Almunia ha agrupado expediente de épocas diferentes y de asuntos que no tienen nada que ver los unos con los otros sobre clubes españoles

Almunia debería aclarar y rectificar inmediatamente sus declaraciones para dejar fuera de sospecha a los clubes de fútbol españoles y no perjudicarles, como ha hecho ya con otros sectores españoles.

Algunos desearían ver al futbol español en la situación en la que se encontró hace unos años el calcio italiano, donde la Justicia decretó que, ante diversas irregularidades en varios ámbitos, directivos y jugadores fueran multados y condenados, y algunos equipos históricos italianos descendiesen varias categorías, otros fuesen desposeidos de puntos y títulos y otros se dirigiesen hacia la desaparición.

Es por ello que coherente y oportunamente el Gobierno español desde varios ministerios, así como desde la propia Secretaría de Estado para el Deporte y desde lógicamente estamentos deportivos futbolísticos, se hayan pedido explicaciones y riguror al comisario, quien no sólo debe de dar explicaciones en ruedas de prensa a más gloria del interesado, sino que debe darlas tambien en sede parlamentaria europea, borrando toda huella que afecte directamente a la buena reputación internacional del fútbol español. No puede ser que los españoles tengamos un comisario que nos mete los goles en propia puerta e intenta desbaratar al fútbol español como lo hizo anteriormente con los ahora maltrechos astilleros navales españoles.
 

Carlos Iturgaiz