Las cosas del PP
Para vacilar a la gente no hace falta irse a una convención en Valladolid, pero la empresa que se ocupa del Gobierno, diríase que por sus obras subcontrata del Gran Capital, se ve que necesitaba ese retiro, esas jornadas de convivencia, para aunar esfuerzos y objetivos de cara a las elecciones europeas.
Para vacilar a la gente no hace falta irse a una convención en Valladolid
Con la que está cayendo, con lo que están recortando, con lo que se está confiscando e incautando, con la necesidad que se está pasando, con el frío en todos los sentidos que está haciendo, y al PP no se le ocurre otra cosa que pensar en las elecciones de mayo. Vive de eso, ciertamente, de presentarse a elecciones y de ganarlas con promesas que no ha de cumplir, pero ya que se reunían para hablar, qué menos que haber dicho algo. Hablaron de sus cosas.
Si hubieran hablado en Valladolid de las cosas de los demás, de la gente, tendrían que haber comentado alguna sobre el proyecto de la regresiva e infamante ley del aborto que prepara Gallardón o de la corrupción generalizada, que también son cosas suyas, si es que no principalmente. Pero nada, ni pío. Tratándose de europeas las elecciones que le preocupan al PP, qué menos que unas palabras, siquiera de pasada, sobre los resultados de la reciente encuesta publicada por la Comisión Europea precisamente, y que arrojan la friolera de un 95% de españoles que dicen percibir una gran corrupción política y económica, valga el pleonasmo, en todas partes, sobre todo en las administraciones locales y autonómicas, la mayoría en manos del PP. Sólo los griegos y los italianos superan, pero en muy poco, ese porcentaje desolador.
No hace falta decir que el problema no es que el 95% de los ciudadanos crea percibir ese hedor, ese detritus, ese bandidaje, sino que lo percibe porque lo huele, porque le salpica y porque lo sufre. La encuesta no se fundamenta en la opinión, sino en la información. ¿Nada que decir? Aparte de que Rubalcaba es un íncubo, ¿nada que decir? Ahora bien; hay algo todavía más flipante que ese 95%: el 5% que no ve corrupción ninguna. Como los de la convención de Valladolid.