La "conspiración" contra Ortega Cano
Aquí tenemos el CESID, o incluso el CNI (el Centro Nacional de Inteligencia), pero no es lo mismo. ¿Dónde hay una serie en la que alguien del CESID o del CNI salga resolviendo un caso? En ningún sitio. Ni tan siquiera en el Canal Parlamento. Con el FBI o alguno de los muchos CSI que hay en Estados Unidos, gente como Ortega Cano ya habría sido exculpado.
Sí, porque el diestro lo dejó clarito a Nacho Abad este martes, bueno ya en las primeras horas del miércoles: "Las dos personas que me acusaron en el juicio de estar borracho mintieron como dos bellacos. Estaban pagados por alguien y no solo ellos, alguno más también y se sabrá". Si hubiera estado en el plató Juan Tamariz habría retumbado lo de "CHAN CHAN CHAN CHAN CHAN... ".
Quizás hasta la supuesta conspiración de Bárcenas se quede pequeña comparada con la que hay montada contra el hombre que ha cambiado la víctima de sus "matanzas". ¿Estarán implicadas altas esferas? ¿Querrán verle en prisión porque sabe cosas que afectan a otros? ¿Querrá alguien de la prensa rosa que padre e hijo compartan cárcel para tener carnaza durante meses?
Pobre hombre. Si a los futbolistas les retiran muchas veces las tarjetas los comités por haberse arrepentido en público y haber pedido perdón tras cometer su infracción, qué no habría que hacer con este "martir" que dice que reza todas las noches por el hombres que mató y que "hubiera dado mi vida antes que la de él". Por alguien que, en su desesperación, asegura que "yo me quería morir, lo digo con toda sinceridad y que España entera lo sepa".
Lo sabemos Ortega, lo sabemos. Si es por eso, tranquilo. E incluso te creemos cuando dices que "¿cómo pueden pensar que yo quiero matar a una persona?". Pues claro que no, nadie en su sano juicio tiene en mente levantarse por la mañana pensando a quién va a liquidar ese día.
Más difícil es sin embargo que todo el mundo crea lo de que "ese día no bebí, lo digo con toda honradez y por mi alma", o lo de que "no he cometido un asesinato, he tenido sólo un accidente con un coche". Ni tan siquiera por mucho que recuerdes que ibas a llevar a tu hija a casa de unos amigos y que cómo ibas a beber si la llevabas a ella.
Quizás no te crean porque no has podido demostrar en un juicio que tus argumentos son válidos. En Estados Unidos cuando se detiene a alguien ese es culpable hasta que no demuestre su inocencia. Aquí eres culpable desde que en la tele dicen que has hecho algo malo. Y si encima un juez dictamina que los de la tele tienen razón ya no te libra nadie.
La mosca