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A vueltas con la consulta

Lo dice desde hace meses y mantiene la misma postura sin cambiarla un ápice: no autorizará una consulta ilegal, y lo que propone Artur Mas lo es. El presidente de la Generalitat ha hecho un papelón, porque la pregunta no incluye la palabra “independencia” como exigía Junqueras, pero como si la incluyera, porque preguntar si se quiere un Estado catalán significa la independencia, en caso contrario Cataluña no sería Estado. Falta un año para la fecha en la que Mas pretende hacer la consulta, y un año en política es una eternidad. A ver en qué acaba la historia, pero si CiU está dividida respecto a la consulta, Junqueras ha mostrado su cara amenazante, la mayoría de los empresarios catalanes empiezan ya a enseñar la patita y ya dicen que de independencia nada y se alinean con lo que desde el primer momento proclamaba José Manuel Lara, y encima Rajoy y Rubalcaba coinciden en que de consulta nada, se puede apostar a que la consulta tiene poco futuro. Y Mas, todavía menos. Al  tiempo.

'La Vanguardia' dejará atrás la línea independentista que había provocado tanta incomodidad a un sector importante de sus lectores

La noticia de que Junqueras había llegado a un acuerdo sobre la pregunta dejó en segundo plano otra  de igual importancia para Cataluña, o puede que incluso más: el relevo en la dirección de La Vanguardia. Un relevo que indica que el Conde de Godó recoge velas, y dejará atrás la línea independentista que había provocado tanta incomodidad a un sector importante de sus lectores, la mayoría de ellos muy próximos a CiU pero que no quieren saber nada de dejar de formar parte de España.

El nuevo director, Marius Carol, no es sospechoso de independentismo y lo saben perfectamente quienes conocen su trayectoria profesional y personal, y si Javier Godó se ha inclinado por él frente a otras opciones que se barajaban como seguras, indica que el periódico va a dejar de lado las veleidades independentistas en las que se había metido de hoz y coz entre otras razones porque Godó recibía buenos dineros de la Generalitat para sus proyectos empresariales.

Cataluña sin embargo no ha estado en el centro del debate político estos días, y no había más que darse una vuelta por el Congreso para comprobar que de lo que más se hablaba era de Seguridad Ciudadana, del la reforma del Código  Penal … y de Montoro. Rajoy respalda a su ministro de Hacienda, pero gente del entorno del presidente reconocen que se ha convertido en una cruz. No hay día en el que no provoque una polémica o  dé munición a la oposición, y lo que menos interesa al gobierno es que cuando empiezan a aparecer buenos datos económicos, lo que llega a los ciudadanos es que el ministro de Hacienda acusa a tirios y troyanos de no tener resultas las cuentas con Hacienda y encima justifica las dimisiones, ceses y cambios en la Agencia Tributaria con el peregrino argumento de que había “muchos socialistas”, como si a los socialistas hubiera que llevarlos al paredón. No se puede ser más torpe.

El Conde de Godó dejará atrás la línea independentista que había provocado tanta incomodidad a un sector importante de sus lectores

Menos mal que la moneda tiene otras caras: Fátima Báñez logró un buen acuerdo en Bruselas para que nos ayuden con proyectos para poner en marcha programas de fomento del empleo juvenil y Zapatero elogia públicamente a Rajoy diciendo que ha demostrado prudencia ante el desafío independentista catalán. Pero el presidente en cambio ha sido víctima de la sorna de Rubalcaba, que cuando esta periodista le preguntó qué haría si se encontraba con Obama en un gimnasio, respondió que si se diera era circunstancia, desde luego no comentaría con nadie el encuentro, en lugar de lo que hizo Rajoy cuando se lo contó al Rey delante de un puñado de periodistas. ¿Cómo era aquello de Luis Miguel Dominguín, cuando salió corriendo del hotel donde acababa de yacer con la bellísima Ana Gardner, y alguien le preguntó a donde iba tan deprisa? Por si alguien no conoce el asunto, facilitamos la respuesta: “A contarlo”.

Pilar Cernuda