Desde el cosmódromo de Baikonur en Kazajistán, Rusia llevó a cabo el lanzamiento exitoso de la Soyuz MS-24 hacia la Estación Espacial Internacional (EEI). El despegue, que tuvo lugar a las 15:44 GMT de este viernes día 15, se pudo observar en una transmisión televisiva en vivo.
A bordo del navío se encontraban dos cosmonautas rusos: Oleg Kononenko, quien ya ha pasado 736 días y 18 horas en el espacio, y Nikolái Chub. Junto a ellos viajaba la astronauta de EE.UU., Loral O’Hara, quien también experimenta su primer viaje fuera de la Tierra.
O’Hara permanecerá en el espacio durante seis meses, mientras que Chub y Kononenko se quedarán por un período anual. De continuar así, Kononenko alcanzará el impresionante hito de más de 1.000 días en el espacio.
Está programado que los cosmonautas rusos realicen cuatro caminatas espaciales. Además, recibirán a cuatro cargueros Progress y llevarán a cabo una serie de experimentos científicos.
El fortalecimiento de la cooperación espacial entre Rusia y Estados Unidos no ha sido opacado por conflictos terrestres, como la situación en Ucrania. Prueba de ello es que Loral O’Hara pudo unirse al viaje gracias a un convenio entre Roscosmos y la NASA firmado el año anterior. Este acuerdo garantiza que, en caso de inconvenientes con algún vuelo, siempre haya personal de ambas agencias en la EEI para atender sus respectivas áreas.
En la Estación Espacial Internacional, los recién llegados estarán con un equipo ya establecido, que incluye a los estadounidenses Jasmin Moghbeli y Frank Rubio, los rusos Dmitri Petelin, Konstatín Borísov y Serguéi Prokopiev, además del danés Andreas Mogense y el japonés Satoshi Furukawa.
Con estos esfuerzos conjuntos, Rusia y Estados Unidos reafirman su compromiso de explorar el espacio de manera colaborativa, a pesar de las tensiones en la Tierra.