Con esta afirmación, Illa ha contestado a la secretaria general de Vox en el Congreso, Macarena Olona, quien en la sesión de control al Ejecutivo ha afirmado que la autorización obedece a «razones políticas, no sanitarias» para beneficiar al PNV, que tiene «pavor» a un tripartito entre el PSE, Bildu y Podemos.
El ministro de Sanidad ha señalado que tanto Galicia como País Vasco aplazaron «con muy buen criterio» las elecciones del 5 de abril, porque «no se daban las condiciones».
Pero ha incidido en que ha comenzado una nueva fase de reducción gradual de las medidas extraordinaria, en la que hay que actuar «con muchísima prudencia» y de acuerdo a los datos de evolución de la epidemia que remiten las comunidades autónomas.
El titular de Sanidad ha manifestado además su respeto «absoluto» al derecho al sufragio, así como al marco competencial y autonomía política, que ha asegurado que «nunca se ha puesto en cuestión, ni siquiera el estado de alarma, por mucho que otros quieran ver lo contrario».
Ha incidido en que la precaución será siempre la prioridad y se ha mostrado convencido de que «todo el mundo va actuar siempre con suma prudencia».
«Vamos a ver si la evolución de la epidemia nos permite que en un horizonte próximo se celebren elecciones, cosa que yo desearía, porque significaría que hemos seguido en el camino de vencer a la epidemia», ha destacado.
La secretaria general de Vox en el Congreso ha advertido de las graves consecuencias de las elecciones municipales de Francia del pasado 15 de marzo y ha denunciado que el PNV ha vuelto a hacer «lo que mejor sabe: extorsionar a España».
Ha señalado que el partido vasco pidió la semana pasada «al grito de ‘no somos descerebrados» la celebración de las elecciones.
«Eso se lo tendrá que preguntar a los familiares de Joaquín y Alberto, que siguen sepultados en el vertedero de Zaldibar porque el PNV se negó a aceptar la ayuda de la UME», ha añadido.
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