sábado, mayo 4, 2024
- Publicidad -

El español que puso el mundo a sus pies

No te pierdas...

Esta es la historia de cómo los sueños se construyen y se hacen realidad. La historia de quien ha perseguido el sueño de su vida con coraje, determinación y esfuerzo. Su protagonista es Nacho Dean Mouilaá, y este domingo ha completado la odisea de dar la vuelta al mundo a pie. Tras recorrer 33.000 kilómetros a lo largo de cuatro continentes y 31 países, gastar 12 pares de zapatillas, sufrir todo tipo de adversidades e incluso tener tiempo para enamorarse, el errante aventurero ha vuelto a casa sano y salvo. El escenario elegido para poner punto y final a su proyecto Earth Wide Walk ha sido la Puerta del Sol, donde familiares, amigos, medios de comunicación y curiosos le han arropado en su regreso a Madrid.

Este malagueño de 35 años se lanzó a caminar en busca de su sueño nómada hace tres años, sin saber si iba a ser capaz de alcanzar el reto. Aun así, la ilusión y la tenacidad le han servido de brújula para guiarle en una empresa fascinante, pero no exenta de peligros. Por suerte, ha llegado a la meta para relatarlo y convertirse en el primer español en dar la vuelta al mundo a pie. Una gesta a la que parecía predestinado desde niño cuando su padre le llamaba Jeremiah Johnson, un trampero de la América del siglo XIX (Robert Redford dio vida al personaje en el cine) que abandonó la civilización para vivir en las montañas y aprender a valerse por sí mismo y subsistir con lo que le ofrecía la naturaleza. Nacho y Jeremiah son dos almas errantes. Dos hombres con voluntad de hierro que han demostrado que con muy poco en esta vida todo es posible.

El viaje le ha enseñado que se puede ser feliz con poco

Estrella Digital se reencontró con el intrépido viajero y compartió parte de una de sus últimas etapas a la altura de Cáceres. “Este viaje me ha enseñado que se puede ser feliz con muy poco”, confiesa al poco de vernos. Con un aspecto bastante saludable, pese a perder algunos kilos, Nacho estaba pletórico tras reencontrarse con su familia, a la que no ha visto en el tiempo que ha durado su periplo mundial, tiempo en el que se ha perdido momentos tan especiales como la boda de su hermana o el crecimiento de su sobrina.

Detrás de este sueño se esconde un mensaje de amor y respeto por la naturaleza. Un proyecto que fue cobrando fuerza en su mente durante el verano de 2012 mientras trabajaba como socorrista y que decidió ponerlo en marcha en marzo de 2013. Contaba con 3.000 euros para dar la vuelta al mundo, «una locura» para llevar a cabo un viaje de esta magnitud, por lo que planteó el proyecto a grandes empresas para financiar el viaje, pero la mayoría le ignoró. «Tenía la esperanza de que a medida que fuera pasando el tiempo se fuera viendo que la aventura iba en serio y se sumara alguna empresa, pero tampoco acabó por ocurrir». Finalmente, decidió abrir con éxito otra vía para costearse el billete de Austrilia a Chile mediante una campaña de crowfounding. «A mí quien me ha ayudado es la gente a base de donaciones», asegura agradecido.

Una epopeya no exenta de riesgos

“Un milagro”. Así define este trotamundos su regreso a España. Lo hace sano y salvo tras tres largos años expuesto a la intemperie del camino. Un sinfín de vicisitudes como las extremas condiciones climatológicas que ha soportado, con temperaturas de hasta 50 grados y 15 bajo cero, o la naturaleza salvaje e inhóspita en la que se ha visto envuelto. En todas sus formas más crudas, como los desiertos, la jungla o las montañas. Especialmente dura fue la travesía por el desierto de Australia, donde recorrió más de 400 kilómetros en los que no había poblaciones ni forma de abastecerse durante días, por lo que tuvo que llevar provisiones en su carro, con el peso que eso supone, y racionar la comida y el agua en etapas de 50 kilómetros al día.

Nacho ha lidiado con la fantasmagórica y amenazante soledad que irremediablemente irrumpía durante el largo viaje. En otras ocasiones, se ha visto obligado a enfrentarse cara a cara con la muerte y la crueldad de la que a veces es capaz el ser humano. Un duro viaje que había preparado milimétricamente, pero en el que un simple desliz le podía costar muy caro. Nacho lo aprendió tras pasar las navidades de 2014 en Lima con unos amigos. El primer día que reanudó la marcha, bajó la guardia y se adentró en el barrio más peligroso de Perú, el Callao, donde fue asaltado por unos delincuentes. Tuvo suerte de salir vivo. Al final sólo tuvo que lamentar el robo de las pertenencias que llevaba en el bolsillo.

Ha sobrevivido a un atentado y al asalto de las maras

Atravesar El Salvador, un país dominado por la violencia de las maras, se convirtió en una pesadilla. Tardó 35 días en abandonarlo en lugar de los seis previstos, debido al ataque de un perro que le obligó a parar su marcha en el pequeño país para recibir durante un mes las cinco dosis de la vacuna de la rabia. Tras reanudar la marcha, en una solitaria carretera, tres miembros de una mara armados con machetes irrumpieron en su camino. Con sangre fría y dominando la situación, el malagueño hizo lo impensable, negándose a darles nada y sin parar de andar logró salir vivo de esa tensa situación. Fruto de este percance, tuvo que salir del país escoltado por una tanqueta de las fuerzas de seguridad en etapas de 50 kilómetros corriendo delante de ella. “Salía a caminar sin disfrutar, sabía que estaba poniendo en peligro mi vida y sólo deseaba llegar vivo al día siguiente; ahí es cuando te planteas qué estás haciendo”.

En el momento y en el lugar equivocados se halló también en las primeras navidades de su viaje al salir ileso de un atentado en Dacca, la capital de Bangladesh, cuando cinco bombas explotaron a pocos metros de él en una de las principales avenidas de la ciudad. También, tras sortear durante todo su periplo las enfermedades acabó infectado de la fiebre chikungunya, en el estado mexicano de Chiapas, una enfermedad sin tratamiento ni vacuna que le mantuvo seis días con 41 grados de fiebre.

Ilusión y optimismo no le han faltado

Pese a todos estos obstáculos y riesgos, Nacho ha encontrado una y otra vez las motivaciones para seguir adelante con su empresa y mantener vivo el espíritu aventurero que le ha orientado desde el inicio. “Tuve claro que hasta no alcanzar mi sueño no iba a parar, saqué fuerzas de toda la gente que me apoya, tanto mi familia y amigos como de las personas que seguían mis pasos en las redes y a las que animo a admirar la vida y a que cumplan sus propios sueños”, asegura.

Ha comprobado los perjudiciales efectos de la huella del hombre en la naturaleza

El caminante subraya que lo mejor de su viaje ha sido comprobar que la mayor parte de la gente en el mundo es buena, pese a una minoría que eclipsa esta realidad y que hace mucho ruido, personas que te abren las puertas de su casa y te dan un plato de comida en cualquier rincón del planeta.

De entre el crisol de culturas que se lleva en la mochila, India fue el país que más le impactó, un bofetón a todos sus sentidos en forma de miseria, olores, ruido y enfermedades. Por el contrario, Nepal, Perú, Irán o Malasia son algunos lugares que se encuentran entre las páginas más destacadas de su álbum de viaje.

Otra cosa que ha aprendido en su aventura es que el planeta no es tan grande como pensamos, razón de más para cuidarlo. Haciendo realidad este proyecto medioambiental, Nacho ha comprobado los perjudiciales efectos de la huella del hombre y del considerado progreso sobre la naturaleza en todos los rincones de la Tierra. Ha visto secarse los ríos en Chile a causa de la minería y la India convertida en un vertedero gigante. Ha sido testigo de cómo los bosques han desaparecido en las regiones más remotas. “Hay que reconectar con la naturaleza, con nuestros orígenes”, advierte.

Tiene en mente escribir un libro y nuevas aventuras

El viaje ha expirado este domingo, pero es sólo la primera etapa de otras aventuras que están por llegar. Pese al cansancio de tres largos años fuera de casa, Nacho ya tiene la cabeza puesta en nuevas experiencias y proyectos. Confiesa que tiene en mente nuevos itinerarios, como recorrer en bicicleta África o Rusia, aunque a corto plazo sus planes pasan por dar conferencias y charlas sobre su aventura, y cuando la tranquilidad suceda a la vorágine escribir una novela autobiográfica que recoja todo lo vivido.

“El camino por el que divagas es el camino que tú has elegido, y el día que te demoras es el día que pierdes”, rezaba la canción de la película que cuenta las aventuras de Jeremiah Johnson, un lema del que se ha adueñado por derecho propio Nacho Dean. Así finaliza, por el momento, la historia del primer español que ha logrado dar la vuelta al mundo a pie. Una historia que ha conquistado a las miles de personas que han sido testigos de su aventura épica.

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -