sábado, mayo 4, 2024
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Las espartanas del movimiento sindical

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“Que quede bien claro: las espartanas vamos a luchar hasta el final”. La vida de Gema cambió por completo hace aproximadamente dos años. Pasó de trabajar como comercial a media jornada a convertirse en una activista y en una pieza fundamental del movimiento ‘Coca-Cola en lucha’. Ella y un centenar de mujeres suman más de 750 días de movilización y de apoyo a los trabajadores de la fábrica de Coca-Cola de Fuenlabrada. Hermanas, hijas, primas, sobrinas, amigas, abuelas, madres y mujeres simbolizan la resistencia de la “lucha por lo que es justo”. Se autodenominan las “espartanas” de ‘Coca-Cola en lucha’. “Somos un equipo, estamos todas unidas”, apunta Gema. Juntas han abanderado movilizaciones y protestas; de hecho, los hijos de algunas de ellas han aprendido a caminar en las manifestaciones. Representan la voz femenina de la ‘marea roja’. ‘Las mujeres trabajadoras, libres y luchadoras’, es uno de sus lemas.

“Pensé que nos quedábamos sin nada”

La noticia del ERE cayó como un jarro de agua fría en casa de Gema y Daniel. La compañía Coca-Cola Iberian Partners decidió cerrar la planta de Fuenlabrada y dejar a toda la plantilla de trabajadores en la calle, entre ellos a su marido. “Al igual que nosotros, muchas familias más. No se lo esperaba nadie”. Se quedó en “shock” porque con un único sueldo “no llegaba” para hacer frente a los gastos. “Inmediatamente piensas en la hipoteca, en los hijos, en el futuro. Pensé que nos quedábamos sin nada”, recuerda. “¿Cómo iba a cerrar Coca-Cola? ¿Una de las empresas más grandes de España?”, añade. Pero no se resignó y utilizó las redes sociales para buscar apoyos y organizarse. “No nos conocíamos de nada. De esta manera empezamos a intercambiar teléfonos, hicimos grupos de whatsapp. Fue el punto de apoyo cuando estábamos mal. Ahora somos una gran familia”, explica.

La ayuda de las “espartanas” de ‘Coca-Cola en lucha’ también ha sido clave para mantener el campamento que pusieron en marcha los trabajadores de la compañía a las puertas de la fábrica para visibilizar su protesta y exigir la readmisión de los despedidos. “Estuvimos quince días custodiando nosotras el campamento en agosto para que no lo desmantelaran, porque los trabajadores tuvieron que acudir a un curso de formación que exigía la empresa”, explica Gema. “Nuestro papel ha sido fundamental. Esta lucha no se puede sostener si no tienes este apoyo”, añade.

La acampada se ha mantenido en pie durante todos los meses de movilización y ha sido uno de los puntos de encuentro de los trabajadores y de sus familias. “Empezaron con un bidón de leña. Los trabajadores hicieron turnos de ocho horas, de mañana, tarde y noche. Algunas mujeres también han dormido allí. Nosotras hemos ido allí, también los fines de semana. Para que los niños vieran a su padre había que ir allí. El apoyo de la familia ha sido muy importante”, asegura Gema.

“El momento más duro fue las carga de la policía”

Gema resume estos dos años de “lucha” como un vaivén de etapas positivas y negativas. El peor momento lo tiene grabado a fuego: el 15 de enero de 2015. “Fue la policía a ayudar a Coca-Cola a desmantelar la fábrica y cargaron contra ellos. Ese ha sido el momento más duro”, asegura. La conciliación familiar también ha sido complicada, tal y como recuerda Gema. La pareja tiene dos hijos pequeños que en el inicio de la protesta uno tenía cinco años y el otro tan solo siete meses. “Los hemos tenido que dejar muchas veces con la abuela. En todo este tiempo no hemos podido disfrutar de ellos”.

Los trabajadores y sus familias han celebrado su victoria en la batalla judicial, puesto que la Audiencia Nacional declaró ilegal el ERE y la actuación de la compañía contra el derecho fundamental de huelga. Sin embargo, la empresa parece seguir en pie de guerra contra los trabajadores. La multinacional ha presentado una querella contra el presidente del comité de empresa y portavoz de CCOO en Fuenlabrada, Juan Carlos Asenjo, ampliable al resto de trabajadores, que reclama ocho millones de euros por la puesta en marcha del campamento. “Se están saltando la justicia y nadie hace nada. Los están machacando a pesar de tener la razón”, lamenta Gema.

“Las familias y las mujeres somos la otra parte de la lucha”

Pero no son las únicas espartanas del movimiento sindical. Detrás de los conocidos como ‘Los ocho de Airbus’, ahora absueltos de los delitos de los que les acusó la Fiscalía, también hay mujeres luchadoras que han apoyado y reivindicado en las calles los derechos de sus familiares. Es más, las mujeres que han defendido las dos causas han coincidido en actos de protesta y manifestaciones.

El Ministerio Público acusó a los trabajadores de Airbus de cometer delitos contra los derechos de los trabajadores, contra la autoridad y lesiones durante la huelga general de 2010, sin embargo, el juez del caso decidió absolverlos. “En la acampada del tercer día de juicio se acercó una chica de ‘Coca-Cola en lucha’ que no conocía y me dio un abrazo que me emocionó”, asegura Estíbaliz, pareja de Enrique Gil, uno de los encausados en el caso de Airbus. “Las familias y las mujeres somos la otra parte de la lucha”, añade.

Los trabajadores y familias de ambas compañías se han mostrado apoyo públicamente en numerosas ocasiones. “Esto es una cosa de todos, no individual”, afirma Estíbaliz. Gema también lo tiene claro: “Estaremos aquí todo lo que haga falta”.

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