sábado, mayo 4, 2024
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Las elecciones del cuatripartidismo

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Pistoletazo de salida a la campaña autonómica y municipal más importante y decisiva de la historia reciente de España. A partir de las 00.00 horas, las calles y plazas de todos los pueblos y ciudades del país se llenarán de carteles, vayas publicitarias y banderolas que reclamarán el voto. Un voto que no se parecerá en nada al emitido en 2011. Entonces, la debacle del PSOE -tras ocho años de Gobierno socialista y bañado con una buena dosis de grave crisis económica-; y la ausencia de alternativas políticas fuertes pusieron al PP en bandeja el triunfo absoluto en la gran mayoría de comunidades autónomas y capitales de provincia. Incluidos dos importantes bastiones socialistas: Castilla-La Mancha y Extremadura. España tornó al azul.

Sin embargo, a partir del 24M, parece que el multicolor predominará en el escenario electoral. El azul mezclado con el naranja; el rojo combinado con el morado; o un cóctel de colores que harán de la próxima legislatura una de las más interesantes de toda la Democracia. Eso sí, en España se acabaron los colores puros. El último barómetro del CIS (publicado este jueves) no hace otra cosa que confirmar lo que todas las encuestas llevan meses anunciando: las mayorías absolutas desaparecerán. Se abre una nueva e importante era de pactos, que sin duda alguna determinarán el panorama político de cara a las próximas elecciones generales.

Aunque la primera parada es inmediata. Faltan 15 días para que los españoles emitan el primer importante veredicto del año. Todo hace apuntar a que el 24M, PP y PSOE seguirán siendo las fuerzas más votadas, pero se acabó el poder absoluto. Para seguir formando gobiernos dependerán del apoyo de las otras dos fuerzas que han irrumpido con fuerza en los últimos meses: Podemos y Ciudadanos. Sobre todo los conservadores, que son los que se juegan sus grandes tronos y sus conquistas de 2011. 

El futuro del PP, ¿en manos de Ciudadanos?

Los últimos datos ofrecidos por el CIS suponen un buen varapalo para el PP. De nueve gobiernos regionales, solo conservaría en estado puro Castilla y León. Y sus dos grandes feudos municipales (Madrid y Valencia) también caerían estrepitosamente. ¿La única solución? que Ciudadanos le dé su apoyo. De no ser así, la izquierda podría unirse y desbancar al PP de algunos de sus tronos. No lograrían mayorías absolutas, pero si PSOE, Podemos e IU suman sus votos, en el Ayuntamiento y la Asamblea de Madrid, por ejemplo, superarían al PP y podrían gobernar en minoría. Habría que suponer que Podemos está dispuesto a aliarse con el PSOE e IU, y eso, como es obvio, aún no está nada claro. No obstante, y de ser así, esto convertiría a la formación naranja en la nueva llave de Gobierno. En su mano estaría permitir que vuelvan a gobernar los 'populares', unirse al bloque de izquierdas y convertirlo en fuerza absoluta, o no unirse a nadie y dejar que gobierne en minoría cualquiera de los dos bloques. De ser así, la posición de Ciudadanos seguiría siendo vital para sacar adelante iniciativas en los Ayuntamientos o parlamentos autonómicos.

Por el momento, Albert Rivera ha preferido celebrar estas estimaciones de voto y mostrarse cauto respecto a sus hipotéticos apoyos. La formación naranja tiene esperanzas en poder enfrentarse «de tú a tú con el PP o el PSOE». Pero lo cierto es que de confirmarse estos datos, en su mano no sólo estaría el destino de Esperanza Aguirre o Cristina Cifuentes. María Dolores de Cospedal también dependería de él en Castilla-La Mancha. El CIS coloca al PSOE como  la fuerza más votada (con un 35%), aunque con la nueva ley electoral aprobada por el PP sale perjudicado en el reparto de escaños (13 diputados). Cospedal, por su parte, obtiene un 34,9% de votos, que se traduce en 14-15 escaños. Ambos muy alejados de la mayoría absoluta que ahora se sitúa en 17. A Ciudadanos se le otorgan 3-4. Si se acerca al PP, el triunfo sería absoluto. Si se decanta por el PSOE, y finalmente obtiene 3 escaños, no lograrían gobernar en mayoría y tendrían que contar con los dos escaños que se le otorgan a Podemos.

Además de Cospedal, Luisa Fernanda Rudi tampoco lo tiene nada fácil en Aragón. Según el CIS, la actual presidenta aragonesa necesitaría del apoyo de Ciudadanos y el PAR para conservar el poder. El 'popular' Ignacio Diego correría la misma suerte en Cantabria. Y no es menos dramática la situación del PP en la Comunidad Valenciana y en su capital. Las encuestas llevan meses castigando a Alberto Fabra y Rita Barberá. El CIS les sitúa en primera posición, pero con datos muchos más ajustado que en Madrid. En el parlamento valenciano, donde la mayoría absoluta está en 50 diputados, el PP lograría entre 33 y 35 actas (tuvo 55 en 2011), y Ciudadanos 16. Con la horquilla más baja, los conservadores, se quedarían a un escaño de la mayoría. Con la horquilla más alta para PSOE (23), Podemos (19) y Compromís (8), juntos podrían sumar la mayoría absoluta y desbancar a un PP que lleva 20 años gobernando. En la capital valenciana, Rita Barberá también perderá la mayoría absoluta y necesitaría del apoyo de Ciudadanos para gobernar.

Rajoy es muy consciente de todo ello; y su calendario de campaña lo pone de manifiesto. El presidente del Gobierno, que viajará a todas las comunidades autónomas en elecciones, salvo Murcia, luchará con uñas y dientes durante los próximos 15 días para mantener el poder al menos en Castilla-La Mancha (donde acompañará a María Dolores de Cospedal en tres ocasiones), en las comunidades madrileña y valenciana, y en sus capitales respectivamente. No obstante, también pondrá toda la carne en el asador en las capitales andaluzas. El CIS alerta de la pérdida de la mayoría absoluta en Sevilla. En 2011, el PP consiguió triunfar en todas, pero las pasadas elecciones andaluzas ya pusieron de manifiesto la posibilidad de perderlas.

IU y UPyD desaparecen del mapa

Este cuatripartidismo se podría cobrar dos importantes víctimas: IU y UPyD (inmersa en una importante crisis interna) prácticamente desaparecerían del mapa. O eso al menos alerta el barómetro del CIS. Izquierda Unida conseguiría salvar los muebles en la Asamblea de Madrid (con 7 diputados), pero desaparecería del ayuntamiento de la capital. La formación liderada por Rosa Díez ni eso. El partido magenta se quedaría fuera de los trece Parlamentos autonómicos. Perdería los ocho diputados madrileños que conquistó en 2011, el representante que logró entonces en Asturias y sus cinco concejales del Ayuntamiento de Madrid. Su única representación institucional a nivel autonómico se limitaría a su diputado vasco.

Podemos, por su parte, que se había convertido en la gran esperanza del cambio, tampoco sale bien parado en las últimas encuestas. De alternativa de Gobierno ha pasado a disputarse la tercera y la cuarta posición con la formación de Albert Rivera. Únicamente obtendría resultados especialmente reveladores en las ciudades de Barcelona y Madrid; y en Parlamento de Navarra. En la capital catalana, la candidatura unitaria de BComú -integrada por ICV-EUiA, Podemos, Equo y Procés Constituent- y liderada por Ada Colau desbancaría al convergente Xavier Trías y ganaría el 24M con 11 concejales. En Madrid, la candidata de Ahora Madrid, Manuela Carmena, se podría convertir en la principal fuerza de oposición, desbancando al PSOE. Y en Navarra podría decidir el signo del gobierno autonómico y echar a Yolanda Barcina (UPN).

El escenario tras el 24M no puede ser más incierto. Los nervios están a flor de piel y es muy probable que de confirmarse estos datos, a partir de junio, PP y PSOE emprendan juntos la batalla de la reforma electoral. Los 'populares' llevan meses cortejando a los socialistas para cambiar la ley y favorecer a las listas más votadas. El PSOE se negó a abrir este melón, aunque Susana Díaz acaba de volver a despertar el fantasma. Se ha dado cuenta de que el cuatripartidismo imperante complica incluso la investidura de victorias sólidas.

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