Desde que naciera UPyD aventuré que tendría éxito. Limitado al principio -en las elecciones generales Rosa Díez obtuvo escaño por Madrid y más de 300.000 votos en toda España- y mayor después si sabía aprovechar el tan estrecho margen de maniobra que le ofrece su posicionamiento entre los dos grandes partidos, el PSOE y el PP. Ahora está en alza porque los dirigentes de UPyD son muy pragmáticos: si el medio que procura más ayuda es la COPE en detrimento del PP, no le harán ascos a la emisora episcopal. Incluso aunque Rosa Díez, Mikel Buesa, Carlos Gorriarán o Fernando Maura sepan, como saben, que están siendo utilizados para erosionar a Mariano Rajoy en la pugna interna que se desarrolla entre los populares y en sus entornos mediáticos.
El discurso de Rosa Díez -ayer protagonista por partida doble en Madrid- es hábil y está bien construido. Procura mantener distancia tanto con el PSOE como con el PP y rentabiliza con listeza los espacios que los medios le proporcionan sin importarle cuál sea su sesgo ideológico o sus propósitos. Ella sabe reformularlos hacia sus tesis de tal modo que aquellos que la utilizan de ariete contra los dirigentes más centristas del PP son igualmente utilizados por la política vasca en un do ut des que conviene a los unos y los otros. Escandalizarse porque determinados comunicadores de extrema derecha de la emisora eclesial apoyen a un partido que como UPyD no es conservador, resulta algo peor que una ingenuidad: es una estupidez. Hace mucho tiempo que en la derecha española -en la social, política y mediática- la coherencia dejó de ser un valor y pasó a ser sustituido por el desquiciamiento sectario. Estamos ante un escenario táctico, no de fondo, y lo que hace Rosa Díez y su partido es optimizar sus posibilidades en ese contexto. Nadie puede reprochárselo.
UPyD va a obtener escaños en el País Vasco en las próximas autonómicas y va a eclosionar en las europeas. Está avisando por activa y por pasiva tanto al PSOE como -sobre todo- al PP. En Génova creen que Rosa Díez es sólo piedra en el zapato. Pero es más, mucho más que eso. UPyD es la alternativa a un amplio espectro electoral moderado, de orden y laico y muy militante en la causa antiterrorista y en la de la cohesión territorial de España. Es claro que el PP garantiza también ambos propósitos -la lucha contra ETA y la unidad de España-, pero el rumbo centrista y laico que muchos electores desearían como única fórmula de abarcar más sectores sociales y arrebatar el poder a Zapatero y el PSOE no lo está marcando Rajoy porque deja hacer a los ultramontanos que terminarán por devorarle. Y justo en esa tesitura, están, prestos a recoger el voto, Rosa Díez y su UPyD.