Yolanda, de 36 años, trabaja como secretaria. Lleva con su marido, médico de profesión, varios meses buscando una casa en las afueras de Madrid. En septiembre creyeron haberla encontrado. El día que la eligieron, les enseñaron otra de similares características pero algo más cara y de menor calidad.
Yolanda y su marido pidieron presupuesto para las dos viviendas a Caja Segovia. Tras hacer el estudio de riesgos, la entidad les ha aprobado el crédito para la segunda vivienda, propiedad de la misma caja, y se lo ha denegado para el piso más barato, que es el que realmente gusta a Yolanda.
La razón esgrimida por la entidad para negar el préstamo hipotecario es que hay menos riesgo en su promoción porque la tasadora les ha dado una valoración mayor del inmueble. Yolanda está desconcertada, porque incluso puede solicitar un crédito menor que el que le ofrece Caja Segovia para su vivienda.
Ahora ha llevado su petición a otra entidad que está analizando sus riesgos. «Lo que tengo claro», explica Yolanda, «es que si no vendo mi piso antes de diciembre, no podré adquirir el nuevo», con lo que todo se complica todavía más.
Y es que los bancos han desterrado de su operativa en viviendas la concesión de créditos puente, algo habitual hace tres años para favorecer la compra de pisos y que, de facto, te adelantaba el crédito hasta la venta de la propiedad, que era cuestión de pocos meses. Ahora, una vivienda tarda en venderse entre nueve meses y un año. Es ese largo periodo de maduración y el aumento del paro el que ha hecho que se llenen de inmuebles los balances de los bancos.
Las entidades de crédito son, con diferencia, los principales caseros y promotores inmobiliarios de España. Sólo entre enero y junio de este año, y según datos del Banco de España, se han quedado con edificios, viviendas y suelo por valor de 10.300 millones de euros. Desde 2008, los inmuebles en su poder por adjudicaciones suman ya 70.000 millones. La mayor parte de estos activos son ‘daciones en pago’, es decir, el cliente entrega el inmueble a cambio de su deuda o se ejecuta la hipoteca y el banco se queda con el activo.
Podría parecer que es un buen negocio para las entidades de crédito, pero no es así. Los bancos están obligados a respaldar con fondos la posible caída del valor de esos activos. En el primer semestre, esas garantías, denominadas provisiones específicas, han ascendido a 16.600 millones de euros, con un aumento del 27% sobre el cierre del año pasado.
Según las normas del Banco de España, cuanto más tiempo estén en su balance, más garantías tienen que aportar. De esa forma, la entidad que gobierna Miguel Fernández Ordóñez intenta que las cuentas estén saneadas. Y, en teoría, que ese stock de viviendas salga al mercado y que, con una mayor oferta, los precios se reduzcan. Pero no está siendo así.
Moisés Sansaloni, vicepresidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Valencia, señala que «en el tercer trimestre, la banca ha rechazado el 83% de las operaciones que presentaron los agentes inmobiliarios en la provincia de Valencia. Operaciones cerradas y que no se han hecho porque los bancos no dan créditos».
La deuda hipotecaria de las familias alcanzó en septiembre 676.406 millones de euros, lo que supone un incremento del 0,4% respecto al mismo mes de 2009. Pese a que la evolución representa un leve incremento interanual, los préstamos para la adquisición de vivienda en manos de las familias volvieron a moderar su crecimiento en tasa mensual, ya que en junio, julio y septiembre crecían en torno al 1%. En fin, que el sector no levanta cabeza.
Pese a los continuos anuncios de que hay un descenso de precios, lo cierto es que la caída no es muy fuerte y se va ralentizando. Los datos de octubre muestran, según el portal inmobiliario facilisimo.com que el precio medio en España habría descendido el 4,82% en 12 meses. Eduardo Molet, presidente de Red Expertos Inmobiliarios, afirma que sólo se está vendiendo vivienda de segunda mano de calidad, bien ubicada y que presenta descensos en el precio de alrededor del 30% respecto al año 2006.