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Gastronomía de invierno

Uno cree que lo mejor que hay es la cocina de temporada. Y por ello defiende los productos frescos y locales. Es para luchar contra los sabores sosos e insípidos, los que son industriales.

La búsqueda de ellos es potenciar el gusto de los alimentos gracias a que están cerca, son los productos delpaís, los que se plantan en la huerta cerca y el pescado recogido cerca de la costa, de bajura.

Se que es más caro y no lo entiendo, están aquí al lado. Bueno si comprendo, es por la acaparación de alimentos por parte de la industria alimentaria de producción masiva. Es más barato comprar limones, pongamos por caso, de la Argentina que de Valencia.

Debe ser uno de las causa-efecto de la famosa globalización eso de traer productos frescos (¿?) desde muchos miles de kilómetros. Eso sin contar las toneladas de anhídrido carbónico que se lanza a la atmósfera en el transporte. Debe ser por culpa del protocolo de Kioto y la lucha contra los gases de efecto invernadero. Debe ser el cambio climático medido como cambio de mentalidad a la hora del consumo.

Por eso hay que vindicar los productos de invierno, los que son frescos. Haberlos haylos como brujas en Galicia. Como son los grelos y la frase esa que dice del nabo sale la nabiza/de la nabiza el grelo.Y el lacón también es de la temporada para el caldo gallego.

Y hay acelgas en esta fría temporada, hay berzas, cardos, espinacas, el caqui que es de origen oriental y sorprendentemente áspero. También el pimentón es de invierno y la aceituna de la Mancha se recoge en este tiempo.

El limón es de los fríos, el cítrico ácido más destacado de la temporada como las mejores naranjas y mandarinas. Además de usarse en los cubalibres, le da gusto al mejor postre del mundo, al arroz con leche.

Además está el pomelo o pamplemusa o toronja, esa mezcla de amargo con dulce y ácido. Y no hay que comer los melones en enero que son de verano y el resto del tiempo son insípidos, de invernadero.

También son de época, de esta época, de este frío invierno, los mariscos de cáscara. Son los mejillones, las almejas, las ostras y los berberechos. Y sin reparos por el precio está la pobre pescadilla que se muerde la cola y la rica sardina en estos tiempos. Y la dorada, el besugo y el pulpo.

De las frutas se pueden sumar, se suman, los aguacates, los kiwis, la pera conferencia, la piña, la uva y las chirimoyas.

De las verduras se comen las hojas, los bulbos y las raíces. Y la comida de temporada, de esta temporada de invierno, es contundente, consistente para luchar contra los rigores del tiempo.

Es el momento ideal de la remolacha, del cardo, las coles y las coliflores, de las acelgas y las espinacas. De las cebollas, de los ajos y los puerros que son mucólicas.

Con todos estos productos cerca, con su buen sabor por haber nacido en la temporada uno puede sobrevivir al mal tiempo y ponerle buena cara.

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