Liberadas cinco personas en La Rioja víctimas de trata y secuestro por una red que prometía trabajo en España
La Guardia Civil y la policía portuguesa desarticulan una organización familiar que captaba personas vulnerables en Portugal para explotarlas laboralmente en condiciones infrahumanas

Promesas de trabajo digno, salarios justos y una nueva oportunidad en España. Eso era lo que les ofrecían. Pero lo que les esperaba al otro lado de la frontera era muy distinto: coacciones, amenazas y una vida de esclavitud encubierta. Cinco personas —cuatro hombres y una mujer, de entre 25 y 58 años— han sido liberadas en la localidad riojana de Hormilleja tras una operación conjunta entre la Guardia Civil y la Polícia Judiciária de Portugal.
Una red familiar con años de actividad
La investigación arrancó en 2019 y desde entonces ha destapado una trama de carácter familiar que actuaba con frialdad y planificación. La organización operaba desde Portugal, donde captaban a personas en situación de vulnerabilidad, en su mayoría con serias dificultades económicas o en riesgo de exclusión social.
Les prometían trabajos agrícolas bien pagados en España. Sin embargo, una vez cruzaban la frontera, se acababan las promesas. Los recién llegados eran obligados a trabajar sin descanso en el campo, bajo un sistema de explotación laboral extremo. Vivían en condiciones insalubres, con alojamientos indignos, apenas comida y sin acceso a recursos básicos.
Un control total y permanente
La red no se limitaba a beneficiarse económicamente. También ejercía un control constante sobre las víctimas, apropiándose de los salarios que los empleadores agrícolas pagaban en teoría por sus servicios. Los miembros de la organización actuaban como intermediarios, pero en realidad funcionaban como carceleros. Las amenazas eran constantes, y las coacciones, la norma.
Durante el operativo, los agentes hallaron una pistola de 9 milímetros, una evidencia más del clima de violencia y miedo en el que vivían las víctimas. Según fuentes de la investigación, dos de las personas liberadas fueron secuestradas en Portugal el pasado mes de abril, trasladadas bajo amenaza armada hasta el lugar donde finalmente fueron rescatadas.
Una operación coordinada desde Europa
La intervención en Hormilleja se ha producido en cumplimiento de varias órdenes europeas de detención y entrega, emitidas por la Fiscalía portuguesa (DIAP de Castelo Branco), y coordinadas a través de EUROJUST, la agencia de cooperación judicial de la Unión Europea.
Los seis detenidos —cinco hombres y una mujer, con edades comprendidas entre los 22 y los 54 años— han sido puestos a disposición de la Audiencia Nacional, que deberá resolver sobre su posible extradición a Portugal. Se enfrentan a acusaciones por trata de seres humanos, secuestro y tenencia ilícita de armas.
La verdad detrás de las falsas oportunidades
El caso vuelve a poner sobre la mesa una realidad inquietante: la facilidad con la que redes criminales se aprovechan de la desesperación ajena. Lo hacen con mentiras envueltas en esperanza. Prometen trabajo, pero lo que dan es esclavitud moderna, disfrazada de contrato y cobijada en el silencio.
Además, la operación destaca el papel clave de la cooperación transnacional entre cuerpos policiales y judiciales para desarticular este tipo de estructuras. Estructuras que, en demasiadas ocasiones, actúan a plena luz del día en sectores económicos legales, como el agrícola, donde la mano de obra barata y callada sigue siendo moneda de cambio.
Una vez más, la realidad supera la ficción. Y es que, en pleno siglo XXI, hay quienes aún viven y trabajan como si no tuvieran derechos.