Última hora

Día Mundial de la Libertad de Prensa, un derecho amenazado en todo el mundo

El 3 de mayo se conmemora una de las libertades más esenciales para el buen funcionamiento de las democracias, la libertad de prensa. Sin embargo, los datos más recientes muestran que ejercer el periodismo sigue siendo una actividad de riesgo en muchas partes del mundo

Libertad de prensa
Libertad de prensa

La proclamación del Día Mundial de la Libertad de Prensa por parte de la ONU en 1993 no fue casual. Este derecho, consagrado en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, garantiza no solo la libertad de expresión de los periodistas, sino también el derecho de los ciudadanos a recibir información veraz y contrastada.

En 2025, esta libertad atraviesa uno de sus momentos más complejos. En muchos países, informar con rigor supone arriesgar la vida o enfrentarse a la cárcel. En otros, la censura se presenta de formas más sutiles, pero igual de peligrosas: presiones económicas, judiciales o tecnológicas que condicionan el trabajo periodístico.

La represión continúa

Según el informe anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF), en 2024 había al menos 570 periodistas en prisión y 57 asesinatos documentados por causas directamente relacionadas con el ejercicio de la profesión. Estas cifras no son meros números; detrás de cada una hay una historia de censura, represión y, en muchos casos, impunidad.

Países como Irán, Rusia, Afganistán, China o Myanmar encabezan la lista negra en cuanto a violaciones sistemáticas de la libertad de prensa. En América Latina, México se mantiene como uno de los lugares más peligrosos para ejercer el periodismo, a pesar de no estar en guerra.

Censura encubierta y vigilancia digital

A la represión física se suma una forma de control más sofisticada: la vigilancia masiva. Casos como el del uso del software espía Pegasus han puesto en evidencia cómo algunos gobiernos monitorean las comunicaciones de periodistas y activistas, violando su privacidad y poniendo en peligro sus fuentes.

Desinformación y concentración mediática, las amenazas modernas

Aunque en las democracias consolidadas la libertad de prensa está más protegida legalmente, no es inmune a los desafíos actuales. En Europa y Estados Unidos, la concentración de medios en manos de grandes grupos empresariales y las presiones políticas son amenazas constantes.

En países como España, el debate sobre la “ley mordaza” y su posible reforma sigue generando inquietud. También preocupa la creciente judicialización de informaciones sensibles, lo que puede derivar en una forma indirecta de censura.

El problema de la desinformación

Uno de los enemigos de la libertad de prensa es la desinformación masiva, alimentada por algoritmos que premian el contenido viral por encima del verificado. Esta realidad genera una crisis de confianza hacia los medios tradicionales y mina el papel del periodismo como pilar de las democracias.

Defender la prensa libre, una responsabilidad compartida

Proteger la libertad de prensa implica acciones concretas por parte de gobiernos, organismos internacionales y ciudadanía:

  • Fortalecer marcos legales de protección para periodistas.
  • Garantizar el acceso libre a la información pública.
  • Combatir activamente la desinformación desde la educación y la transparencia.
  • Apoyar a medios independientes con suscripciones o difusión de sus contenidos.
  • Más que un día, un compromiso permanente

Este 3 de mayo no debe ser solo una fecha simbólica. Cuando la prensa calla, la democracia se debilita. Por ello, defender el periodismo libre es una forma de proteger todas las demás libertades.