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La Guardia Civil desmantela una red que distribuía carne ilegal en restaurantes de Madrid

El coronel José Carlos Martínez ha atendido a los medios y ha explicado cómo se ha llevado a cabo 

Ya han sido clausurados 4 restaurantes
Ya han sido clausurados 4 restaurantes

La Guardia Civil ha desarticulado una organización criminal dedicada a la comercialización ilegal de carne de ovino y caprino sin control sanitario. La denominada "operación Pox" se ha saldado con la detención de cinco personas y la investigación de otras doce en las provincias de Madrid, Toledo y Ávila.

La red operaba a través de mataderos clandestinos y centros de concentración de animales, donde el ganado era transportado y sacrificado en condiciones antihigiénicas, sin ningún tipo de control veterinario ni respeto por la normativa de bienestar animal.

Los agentes de la Unidad Central Operativa de Medio Ambiente (UCOMA) han realizado siete registros, tanto en domicilios como en explotaciones ganaderas y mataderos. Además, se han inspeccionado nueve restaurantes, cuatro de los cuales han sido cerrados de forma cautelar por ofrecer carne procedente de estos sacrificios ilegales. Estos restaurantes se encontraban en Madrid centro y en el municipio de Fuenlabrada.

Ya hay 5 personas detenidas
Ya hay cinco personas detenidas

En las actuaciones se han intervenido 10.000 euros en efectivo, documentación falsificada, crotales, material para el sacrificio de animales y medicamentos veterinarios. Más de 350 animales han tenido que ser sacrificados por encontrarse en situaciones extremas de inanición, enfermedades o malformaciones irreversibles. 

El coronel ha explicado que la organización compraba el ganado por 40 euros y lo vendía por un precio mucho superior, entre 90 y 120 euros, y es de ahí de donde venía el beneficio.

El principal investigado gestionaba una explotación ganadera clandestina en Toledo, que no estaba registrada oficialmente, lo que hacía ilegales las entradas y salidas de animales. Junto con otros implicados, transportaba ganado desde explotaciones legales e ilegales hasta este centro, utilizando documentación falsificada para aparentar legalidad.

 

Parte de la carne era enviada a un matadero autorizado en Ávila, donde se mezclaba con carne legal, y otra parte se sacrificaba en un matadero clandestino en San Fernando de Henares, Madrid, en condiciones insalubres.

La carne procedente de estos sacrificios se distribuía a través de canales no autorizados, llegando a restaurantes de Madrid que la incluían en sus menús e incluso la ofrecían a domicilio mediante plataformas en línea. También se ha detectado distribución directa a particulares en diferentes localidades de la Comunidad de Madrid.

La investigación ha destapado una estructura criminal organizada, con roles definidos para cada integrante y prácticas de blanqueo de capitales mediante pagos en efectivo y facturación irregular. La operación ha contado además con la colaboración de Europol y diversos organismos estatales y autonómicos, como SEPRONA o la Policía Municipal de Madrid.