Díaz Ayuso preside una reunión extraordinaria en El Atazar por el histórico desembalse
El mayor embalse de la Comunidad ha alcanzado su capacidad máxima por tercera vez desde su inauguración activando el aliviadero superior, un fenómeno extraordinario que no ocurría desde 1991

El embalse de El Atazar, el más grande de la Comunidad de Madrid, ha protagonizado un episodio singular en la historia hidráulica de la región, el inicio del desembalse a través de su aliviadero superior, un mecanismo reservado únicamente para situaciones de máxima capacidad. Con un volumen de almacenamiento que supera los 425 hectómetros cúbicos, la infraestructura ha alcanzado su límite operativo, obligando a liberar agua de forma controlada para preservar su estabilidad.
Este hecho no se producía desde mayo de 1991, y anteriormente sólo se había registrado en julio de 1988, lo que convierte esta descarga por el aliviadero superior en una situación de carácter excepcional. A pesar de haber realizado vertidos esporádicos desde marzo a través del desagüe intermedio, es ahora cuando el caudal se incrementa notablemente, generando un impacto directo sobre los cursos de agua río abajo.
Seguridad, regulación y abastecimiento
La activación del aliviadero superior es una acción estratégica dentro del protocolo de seguridad y regulación hídrica. Su objetivo es evitar el sobrellenado del embalse, proteger la estructura y mantener el equilibrio del sistema hídrico que abastece a gran parte de la región metropolitana de Madrid.
Los técnicos del Canal de Isabel II han confirmado que el vertido se mantendrá durante varios días, siempre bajo supervisión constante y según la evolución de las precipitaciones. Aunque visualmente pueda parecer espectacular, el proceso está perfectamente planificado, con mecanismos de aviso y coordinación con los municipios aguas abajo, para minimizar cualquier riesgo asociado al aumento del caudal.
El Atazar, clave en el sistema de abastecimiento madrileño
Inaugurado en 1972, el embalse de El Atazar está considerado una de las joyas de la ingeniería hidráulica española. Su capacidad, equivalente a más de 170.000 piscinas olímpicas, lo convierte en un pilar esencial para el suministro de agua potable en la Comunidad de Madrid. Situado en la Sierra Norte, el embalse recoge las aguas del río Lozoya y forma parte de un complejo sistema interconectado de presas, estaciones de tratamiento y depósitos.
Más del 50% del agua que consumen los madrileños procede directa o indirectamente de El Atazar, lo que refuerza la importancia de su correcta conservación y regulación. En este contexto, el desembalse actual no solo garantiza la seguridad de la infraestructura, sino que también asegura que el sistema siga funcionando con eficacia en los próximos meses.
Presencia institucional
Aunque el protagonismo lo acapara la naturaleza y la ingeniería, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha querido subrayar la relevancia del momento acudiendo personalmente al embalse. Desde allí presidirá este lunes una reunión extraordinaria del Consejo de Gobierno, como gesto simbólico de apoyo a la gestión hídrica y al trabajo de los técnicos del Canal de Isabel II.
Este episodio nos recuerda que, pese a los desafíos del cambio climático y las variaciones en los regímenes de lluvias, la anticipación y el mantenimiento de infraestructuras permiten afrontar con éxito momentos de máxima exigencia.