La crisis española hace mella en Portugal
Y lo peor para Portugal, es que los grandes esfuerzos realizados en los últimos tiempos en pro de una mayor diversificación de los mercados exteriores (los países del Magreb, las antiguas colonias africanas, etc.), con resultados muy positivos, son todavía insuficientes para compensar el retroceso que viene registrando el comercio bilateral con España. Los números oficiales no dejan lugar a dudas: en solo cuatro meses, entre enero y abril, las ventas de bienes y servicios portugueses en España sufrieron un retroceso de 1.220 millones de euros, lo que representa un tercio del retroceso global de 3.600 millones de euros (-27%) registrado durante el mismo periodo por las exportaciones lusas.
Para hacer mas palpable el nivel de integración de las dos economías ibéricas y la importancia que tiene hoy en día el comercio bilateral con España, tanto en términos estadísticos del PIB como para el nivel de vida de los portugueses, la prensa económica lusa pone el ejemplo de Angola, que es el país donde las exportaciones lusas registran mayores incrementos relativos: un 22% entre los enero y abril, lo que representa en términos absolutos un aumento de solo 137 millones de euros. La conclusión es pues muy clara: la economía portuguesa necesitaría casi "diez Angolas" para compensar las pérdidas registradas en solo cuatro meses en las ventas a España.
Los portugueses tienen ahora mas claro que nunca la importancia relativa y absoluta, para lo bueno y lo malo, de la creciente integración de las dos economías de la Península. Y aunque les resulte difícil determinar el impacto exacto que tiene el retroceso de las ventas a España, por culpa de la crisis económica, ya se hacen una idea del fenómeno, puesto que al contrario de lo que ocurría en la economía española, el principal motor de la economía lusa fue en los últimos años precisamente el comercio exterior. No es pues extraño que, según las ultimas previsiones oficiales, el retroceso del PIB luso alcanzará este año el 3,5%, por debajo del previsto en España y en la zona euro.
Ocurre que además de la fuerte quiebra de las exportaciones, la economía del país vecino registró también un retroceso muy llamativo de las importaciones, del -29%, sin lo cual la evolución negativa del PIB (un -3,7% en el primer trimestre) hubiera sido aún mayor. Antes de la crisis mundial, la economía lusa ya pasaba serias dificultades, siendo ya la tercera recesión que sufre en los últimos siete anñs. Así, el retroceso de las importaciones, está muy relacionado en el país vecino con unas evoluciones muy negativas del consumo privado y de la inversión empresarial, del -1,7 y del -16,9%, respectivamente, muy por encima de las medias registradas en la zona euro, donde el PIB cayó un 4,9%.
De ahí, pues, que los expertos económicos miren con escepticismo las últimas previsiones del Banco de Portugal (BdP): aunque siendo el mayor registrado desde 1975, el retroceso de 3,5% del PIB previsto oficialmente para este año contrasta con la previsión aún más negativa del FMI, que apunta a un -4,1%. Y además, el país vecino tiene más que nunca la mirada fijada en la evolución de las principales economías europeas, sobretodo la española, por el peso determinante que tienen en las exportaciones lusas. Mientras tanto, el numero de empresas lusas que se declararon en quiebra en el primer semestre fue de 2.285 (+65%), con una mayor incidencia en la construcción, el textil y el calzado.
"Si los principales mercados europeos no levantan cabeza rápidamente, principalmente el español, los sectores tradicionales de la economía nacional serán inevitablemente los mas penalizados por la crisis, y un gran numero de empresas no tendrán mas salida que cerrar sus puertas", avisan los expertos económicos lusos. Ante el descenso brutal de las exportaciones, del consumo privado y de la inversión productiva, el BdP ve inevitable la destrucción de empleo, que será del 2,6% este año y del 1,5% el próximo, ya con el PIB moderando su retroceso al -0,6%. Los más pesimistas auguran que el paro podrá alcanzar en el 2010 el 10%, aún así la mitad de la tasa española.