El horizonte se despeja
Está visto que la tendencia de los mercados europeos la está marcando la dichosa Unión Europea. Sobre todo en lo que se refiere a las ayudas que, al final se quiera o no, habrá que dar a Grecia.
Los comentarios que, durante toda la semana, ha venido realizando Alemania sobre dichas ayudas, no han sentado nada bien a los inversores que han penalizado las bolsas europeas de una manera poco corriente. Y así, todo lo que se ha ganado en la primera quincena de marzo, se ha perdido simplemente por esta circunstancia.
Pero la tendencia parece haberse invertido. Todo por obra y gracia de un sistema, el de las negociaciones de la Unión Europea, que provoca estos sustos. Ahora parece ser que Alemania ha encontrado una solución para el problema griego. Una solución mixta, de ayudas de la UE, por una parte, y el recurso al Fondo Monetario Internacional, por otra.
La solución que se podría calificar, claramente, de compromiso, sirve, también para calmar los ánimos de las otras economías periféricas en peligro, es decir la portuguesa, irlandesa y, en última instancia, la española.
Y lo mejor de todo es que esta solución, esta salida ha sido bien vista por los mercados que han aplaudido la iniciativa premiando a los valores bursátiles y a la divisa común, el euro. El Ibex español ha experimentado ganancias después de un “miércoles negro”, destacando, como siempre, los bancos.
Si de aquí a este viernes, cuando concluya el Consejo Europeo de Primavera, se consolida esta solución para Grecia, los mercados financieros van a verse beneficiados por la vuelta del dinero. Las bolsas subirán y todo aquél que, estos días haya decidido comprar en uno de los momentos más peligrosos del año, se encontrará con que se ha convertido en lo que se llama “cazador de gangas” y el beneficio va a ser evidente.
¿Comprar ahora? Ya es demasiado tarde. Y, además, debe imperar la prudencia todavía porque, a pesar de los buenos propósitos de los líderes europeos, puede ser que cualquier pequeño detalle como podría ser una nueva rebaja de la calificación por parte de una agencia de rating restaría esas ganancias que parece ser que se están obteniendo.
Sigamos, pues, guardando el dinero en el calcetín a la espera de mejores tiempos.