Última hora

Clara Campoamor,

Demasiado a menudo grandes personajes de nuestra historia caen en las sombras de nuestra memoria atrapados en las telarañas de algunas placas del callejero, premios honoríficos y homenajes que, en muchos casos, pecan de partidistas. Clara Campoamor, la mujer que consiguió el voto femenino en la Segunda República Española, es un gran ejemplo de ello.

El libro en el que analizaba la degradación del régimen republicano a través de la situación vivida en Madrid durante los primeros meses de la Guerra Civil, publicado en Francia en 1937, no pudo ver la luz hasta que el historiador Luis Español Bouché dio con él en 1999 y pudo publicarlo en 2005.

Con su esfuerzo, sumado al trabajo que ya hicieran las biógrafas Concha Fagoaga y Paloma Saavedra en 1981 y a las acciones de la Asociación Clara Campoamor de Bilbao, que lucha diariamente por los derechos de las mujeres, espera que la figura de Clara Campoamor ocupe el lugar que le corresponde en un presente que le debe mucho y un futuro que se ha de construir a través de ejemplos como el suyo.

Pero no es nada fácil. La biografía realizada por Fagoaga y Saavedra es muy difícil de conseguir porque es una publicación oficial del Instituto de la Mujer. Español, que "se pone de rodillas" ante el trabajo de las biógrafas, lamenta esta situación, así como la falta de reconocimiento que han recibido.

Al menos la voz de Clara, La Revolución española vista por una republicana, cumple ya su tercera edición con la inclusión de varias novedades acerca de su infancia y juventud.

"Todo el mundo intenta hacer hablar a los muertos y ponerlos favor de uno. Lo serio es que cuando la gente está muerta se lean sus libros para descubrir lo que pensaba", afirma Español, que denuncia el recuerdo que han fomentado PSOE y PP acerca de su figura. Los primeros por "apropiarse del personaje" y los otros por "abstenerse en sus homenajes cuando también podrían reivindicarla".

"Nos han montado una especie de espíritu guerracivilista en un país apacible como España en el que el 99'9% no se mete con nadie", asegura el historiador, para quien Campoamor representa "a la tercera España, víctima del fanatismo de las otras dos".

"Cuando yo era chica"

En esta nueva edición de la obra, Español se adentra en la infancia de Clara. Por primera vez se publican datos de una niña que, con el paso del tiempo, se convertiría en uno de los mayores ejemplos de superación que ha dado nuestro país. Su historia comienza con un triste suceso. En 1889 se notificaba la muerte de Clara Campoamor Rodríguez, hija de Manuel Campoamor. Era su hermana mayor. Desde entonces, Carmen -que también era su nombre real- sería para siempre Clara, la mujer que consiguió el voto femenino en España.

Si ella fue conocedora o no de este hecho, ocurrido cuando tan sólo había cumplido un año de edad, es aún una incógnita. En cualquier caso, Clara no fue una niña cualquiera. En Navidad, los Reyes no visitaban su casa. Sus regalos los traía "La República", que era mucho más buena. Y es que su padre era un ferviente republicano, trabajador de La Correspondencia de España, que no pudo llegar a ver como se cumplía su sueño, aunque efímero, allá por 1931.

Con 12 años y un panorama desolador, Clara Campoamor tuvo que dejar de estudiar para coser día y noche, como se recoge en la entrevista publicada en la revista Estampa y titulada "Cuando yo era chica" que Español descubrió en el devenir de sus investigaciones.

Por entonces, pocos podían pensar que esa niña sería la misma que a los 34 años, empezó la carrera de derecho y tan sólo dos años después la terminó y llegó a ser jurista de la Comisión Constitucional.

Español habla con ferviente admiración acerca de ella: "Como no la conocí no sé si era encantadora u odiosa, pero fascinante seguro. Debía de tener una personalidad extraordinaria con una mentalidad muy literaria".

Precisamente los libros eran su gran pasión. Su trabajo y su salida del colegio nunca significaron un impedimento para ella, que junto a su hermano Ignacio Eduardo paseaba por las calles de Madrid para revivir las aventuras que devoraba antes en las novelas.

Clara Campoamor ha sido víctima del doble olvido". Le costó la amistad de varias personas. Contiene el primer análisis histórico de la guerra civil. Mucho antes de que empezaran a mentir los revisionistas. Para los franquistas ella era una roja y masona, y para los del exilio ella era una traidora porque había traicionado a la República en el momento en el que había publicado su verdad, su testimonio y su análisis

Clara cuenta con detalle lo que pasa en Madrid entre febrero y junio del 1936. Está Madrid en la fase de las primeras matanzas, hoy en día que está tan de moda la historia ficción voy a contar lo que me interesa...

Ella estaba políticamente quemada desde el 33 porque le habían puesto el san benito de que por ella habían perdido los partidos de izquierda y ganó la CEDA, ella vuelve de Inglaterra y se cierra para escribir, El voto femenino y yo, mi pecado mortal, contando todo el proceso por el que consigue el voto femenino. Ella ve las huelgas las manifestaciones el ambiente enrarecido y se horroriza con el asesinato de Calvo Sotelo a mando de un oficial de la guardia civil, ella asiste a la sublevación de los rebeldes, el inicio de la guerra y las primeras matanzas. Ella huye porque no quería ser una de esas víctimas de las que nadie habla luego. Huye a Italia, la detienen los fascistas pero no tenían cargo y marcha a Suiza con una amiga. volvió algunas veces a España pero no se pudo quedar porque querían que denunciara a antiguos miembros de la masonería.

Para Español ella es "la antítesis de todas las feministas de salón que hemos tenido en España".

A mi me gusta su visión del feminismo utilitario. ¿Y por qué no van a votar los mujeres? decía entonces. Supuestas feministas como Victoria Kent y Nelken estaban en contra porque decían que las mujeres no tenían formación. La realidad es que ellas provenían de buenas familias y en cambio Clara era del pueblo. Con esa sensibilidad especial de quien ha tratado todos los ambientes sociales fue extramadamente refinada. Margarita Nelken, de hecho, era una genicida. Y aún algunos meten a todas en el mismo caso.

Ahora todo el mundo se pone Asociación Clara Campoamor y ves a cuatro lesbianas asustadas que dicen que son feministas, ¿que habéis hecho por las mujeres? Yo soy admirador de las cosas reales, prácticas, tangibles, como era Clara Campoamor, que le traía sin cuidado el medio desde el punto de vista político, ella si veía que un partido no le ofrecía lo que quería iba a otro, lo que quería era conseguir su objetivo que eran las leyes a favor de la mujer. Fue una mujer adelantada a su tiempo, introduce el divorcio...

Hoy hay que hacer algo rompedor en el feminismo. Los tópicos se han apoderado del feminismo. El personaje queda oculto tras la leyenda, los socialistas hicieron una serie de homenajes a Clara Campoamor sacándola del anonimato y los del PP, muy limitados en su política cultural, se han creído que ella era socialista, y por ejemplo, se abstuvieron cuando se voto que se pusiera la esfigie de Campoamor a los euros.

En temas de historia los avances son tan espectaculares que es vergonzoso que se hagan libros tan malos en España habiendo medios tan buenos. Cualquiera pueda encontrar cosas que los mayores expertos no podían antes.

Como todos somos bienpensantes, la gente no quiere publicar cosas que vayan en contra de la idea encajada como Margarita Nelken mujer feminista. No perdonan desmontar los mitos. Me molesta muchísimo cuando comparan a ambas.

Directora general de beneficiencia, inauguró la primera escuela oficial de enseñanza para los ciegos, se dedicaba a regalar cunas. Es un personaje fascinante

Estoy hasta las narices de que el feminismo español pretenda ignorar a lso hombres feministas. Es cierto que Campoamor fue la campeona del sufragio femenino pero sin los votos de los hombres no hubiera salido adelante. Todavía hay lugares donde la mujer no ha llegado y habría que estudiarlos. Escaso número de mujeres diplomáticas. El feminismo de verdad es la gente que lucha por los derechos de la mujer y que lucha para que la ley se aplique como la Asociación Clara Campoamor de Bilbao. Todas las personas que piden justicia es esencialmente feminista porque de lo que sufren las mujeres es de injusticia. Clara Campoamor hubiera sido un terremoto en la vida política española actual. Muchos discursos feministas no se adaptan a la realidad social. Por ejemplo en Madrid no hay guarderías públicas suficientes. Hace falta política social concreta, ahora es inexistente.

Existe en España un feminismo oficial, un feminismo de pancarta, de personas que nunca han hecho nada por la mujer, nada por los derechos de la mujer, que se llenan la boca con la palabra "mujer" o "igualdad", pero que se dedican a cerrar guarderías, porque en el fondo, odian a las mujeres y a los niños.

Me molesta que se ponga en el mismo plano a una mujer de la categoría humana de Clara Campoamor con una Margarita Nelken que, desde su tribuna del diario Claridad, pedía a sus esbirros que apiolaran a las mujeres de derechas. Nelken era femicida, no feminista, era un Robespierre con faldas, tan sanguinaria como las peores sabandijas franquistas.

A veces me siento excluido, no llegaré a decir que discriminado, del feminismo oficial por mi condición de miembro del sexo feo. En las reuniones y congresos de estudios sobre la mujer, hay pocos hombres, por lo menos en España. No veo por qué un hombre no puede ser feminista, habiendo tantas mujeres machistas...

Supongo que si Clara Campoamor pudiese ver la España de ahora, le encantaría ver el poder, y el papel protagonista que han alcanzado las mujeres, o la sensible mejora del trato a los homosexuales. Le gustaría menos la tendencia de las chicas jóvenes a convertirse en floreros En cartas suyas que reproducen Fagoaga y Saavedra, se ve perfectamente el refinamiento de un alma sensible, y se leen sus quejas acerca de la vulgaridad que parecía invadirlo todo...

Clara Campoamor sólo estuvo dos años en las Cortes y lo que hizo...

Comentarios